domingo, octubre 29, 2006

Cálidez.


Ya apenas puedo ver. La he reconocido por la voz. Necesito un andador para caminar. No puedo ver la cara de mi esposa, toda la vida con ella y ni siquiera puedo ver sus ojos. No puedo ver la calle, los colores ni siquiera puedo ver la belleza…si la gente es guapa, los gestos…Ahora tengo que ver con mis oídos.

No puedo encontrar el pañuelo que me ha dado, no sé donde lo he dejado. Se lo acerco. Ese era el único sitio donde no he mirado. Es tan…Pasa su esposa, tiene unos ojos verdes preciosos; lo primero que hace es darle la mano con una sonrisa triste mientras le pregunta cómo está.

Salgo de la habitación, me siento ajena a la escena. Veo el drama de la ceguera pero también me siento tocada por el amor que permanece en la luz y en la oscuridad. Si todos viésemos con la misma intensidad que él ve, si todos escuchásemos con la misma atención con la que él lo hace…el mundo sería un lugar más cálido.

viernes, octubre 20, 2006

Antonio.

-Hemos buscado ayuda pero nadie nos ayuda tener sindrome de Down y casi 60 años no entra en ninguna casilla. Las residencias para mayores son solo a partir de 65 años pero...¿ no está claro?

El hombre que ha dejado de hablar y necesita ayuda para todo, sigue respirando con dificultad en un estado de semiinconsciencia.

-...Pues sí... ( Respuesta tímida).

- Porque ni el médico de familia viene a verlo. ¿ Tanto le cuesta venir? Si yo sé que no va a cambiar nada, que no va a mejorle pero por lo menos te sientes acompañado. Aunque viniese solo para cambiarle una pastilla aún sin conseguir mucho efecto...Venir hasta la puerta y decirle "Hola Antonio"...Pero no viene ni el médico ni la enfermera, se limitan a firmar recetas y nos dicen que " está muy bien cuidado"...Eso es lo que tenemos, me desespera. Si todos sus hermanos queremos atenderle pero ahora está ya muy malito. Le queremos mucho, es bueno y listo....¿ No se puede hacer nada?...

-Uhmm.... ( Cara de pocker)....Puede cambiarse de médico pero eso no garantiza que le vayan a visitar de forma pautada; deberían hacerlo y hay médicos que lo hacen pero desgraciadamente no son todos...

-¿ Qué médicos lo hacen?, ¿ cómo podríamos enterarnos?.

- Yo no puedo facilitarle esa información. Lo lamento. Le haremos los informes que necesite pero poco más puedo ofrecerle. Antonio está cuidado de manera excelente por todos ustedes, les felicito por ello porque sé que es muy difícil hacerlo bien y ustedes lo hacen. Pero eso no significa que no precisen apoyo extra de las Instituciones pertinentes. Sé que es importante sentirse acompañado, tener a quien llamar y sobre todo poder compartir los progresos/retrocesos del paciente; pocas personas entienden la situación y ofrecen apoyo real. Tienen razón en todos sus comentarios pero desgraciadamente no sé como ayudarles de forma práctica.

-Ya...Si ustedes no pueden hacer nada pero...

- Volvemos mañana a pasar visita, si precisan algo avísenos. Estamos pendientes de Antonio.

Bajo la cabeza, salgo de la habitacion.

Silencio.

Una sociedad que no apoya a los más débiles, no es justa, no es igualitaria y no es libre. Mandamos tropas al Líbano pero no somos capaces de visitar a un enfermo semiinconsciente, mirarle a la cara y ofrecer comprensión. No piden la última terapia. No piden desentenderse de su familiar. Solo piden respeto con un poco de compañía.

Silencio.

domingo, octubre 15, 2006

Una historia, dos ciudades.

Viena, septiembre 2002.

Cogimos el tranvía para volver al albergue. Habíamos comprado el billete y nos sentamos en sitios separados aunque no recuerdo el porqué. En una de las paradas subió un hombre de unos cincuenta años, borracho y oliendo mal, muy mal. LLevaba una botella de vino barato y decía frases, bromas u obscenidades en alemán que nunca llegamos a entender. Mi amiga estaba sentada con un asiento libre entre el hombre y ella, él se dirigió varias veces a ella sin obtener éxito. Varias personas cerca del sujeto, se levantaron y se sentaron en la parte trasera del tranvía sin quitar ojo a todos sus movimientos. Mi amiga permaneció todo el trayecto seria a su lado.
Al llegar a la parada le pregunté porqué no se había cambiado de sitio. Al fin y al cabo, estábamos en un país extranjero sin comprender todo lo que estaba sucediento con aquel sujeto. Su respuesta fue simple,concisa y clara: " No me levanté porque quiero vivir en una sociedad donde no se discrimina a otros por su olor o condición sino que se acepta la realidad y aprendemos a convivir con ella."

Madrid, octubre 2006.

Cojo el metro después de trabajar. El vagón va bastante lleno y hay dos sitios libres junto a un anciano. Me acerco y me siento dejando un espacio de separación entre el hombre y yo. Éste huele mal, una mezcla de alcohol y suciedad con meses de evolución. Toda esa parte del vagón huele realmente mal. Permanezco en mi sitio mientras leo. Veo como dos matrimonios dejan sus asientos libres y se dirigen a otra parte del tren. Una mujer se sienta entre el hombre y yo, tapa su nariz con la mano sin la menor vergüenza mientras pone cara de asco. El hombre dice un par de frases en un idioma desconocido sin que nadie le dirija la mirada o presté atención, todos nos dedicamos a ignorar la realidad, nos es desagradable. Se levanta con cara de desorientado y procede a bajarse dos paradas más adelante. Comienzo a pensar un par de nombres técnicos pero la etiqueta sobra hoy, solo era necesario un poco de compresión y respeto...por desgracia no la recibió en aquel vagón.

Recordé las palabras de mi amiga, yo permanecí en mi asiento gracias a aquella frase de una noche en Viena.

Foto: Post Secret

jueves, octubre 12, 2006

Otoño 2.

...o el porqué la vida puede ser maravillosa....

Si una mañana te levantas sin prestar atención al despertador, desayunas croissants recién hechos y un bol con Wheetabix...si sales a la calle y paseas por las callejuelas que rodean la Grand Place de Bruselas...si te vas a visitar la casa de Horta mientras piensas en los amigos que aman la arquitectura y la decoración...si te quedas sorprendido con unas escaleras y con el color de una ciudad bajo la lluvia.

Si disfrutas de un gofree y un buen té en un café íntimo donde suena jazz mientras la gente parece plácida en sus conversaciones... Si entras en una iglesia donde ves que hay un poco de vida entre sus antiguas piedras, si te sorprende ver un panel lleno de oraciones y un deseo de trasmitir la belleza de Dios a través del arte.

Si cenas un plato de pasta en una mesa con velas mientras tienes una buena conversación con personas que amas. Si aprendes palabras como "mill" mientras ves 30 mills a tu alrededor. Si ves algo más de Magritte y descubres personajes interesantes como Bas Jan Ader quien plasma frases como " Thoughts unsaid then forgotten" en una pared blanca iluminada con un foco y con una triste maceta de geranios como único acompañante.

Si paseas por el Rijsmuseum cuando seis años antes te prometiste que algún día lo visitarías y por fin vives ese día. Si cruzas los canales de Amsterdam como un niño con zapatos nuevos. Si redescubres lo bordes que pueden ser los ciclistas cuando invades su carril y te ríes porqué se toman la vida demasiado en serio. Si cierras los ojos y te comes un chocolate Godiva saboreándolo lentamente. Si lees los pensamientos del dr. Brand y recuerdas que hay otras formas de hacer medicina.

Si haces todo eso de forma pausada, observando los pequeños detalles...Descubres que la vida puede ser maravillosa, que entre tanto ruido también puede haber calma y que solo si prestamos atención podremos ver la letra del Eterno a través de lo cotidiano. Por eso a veces la vida es maravillosa.

Ps. Roberto, espero que pronto os animéis a hacer el mismo recorrido que yo y podáis compartir esta experiencia, un abrazo a la family.

viernes, octubre 06, 2006

Otoño.

La vida a veces puede ser maravillosa.....y en ocasiones como hoy, lo es.