jueves, diciembre 28, 2006

Humana.


Cada vez que salgo de guardia tengo que coger el tren y el metro antes de caer rendida en mi cama hasta despertar muchas ( muchas) horas más tarde. Cuando salgo de trabajar 24 horas, me siento vulnerable. Siento que si alguien me empuja, me caería…si alguien me atracase le daría el bolso sin oponer resistencia…Siento que estoy bajo mínimos y que no podré cambiarlo...Soy humana, soy débil, soy vulnerable y la autocompasión comienza a crecer hasta niveles alarmantes en esas circunstancias.

No lo llevo bien. Especialmente cuando el tren está lleno y tengo que quedarme de pié mientras veo a esas chicas de 20 años con un estupendo aspecto frivolizando con el móvil, me parece mal ( fatal) y comienzo a desear que se les rompa una uña para que su día sea al menos un poco malo…Al fin y al cabo, yo ( yo, yo y todos los yo del mundo) habré atendido a su padre, madre, hermano, novio, abuelo y a todos aquellos que consideran que la ducha es un objeto decorativo....Habré hecho algo bueno por la sociedad por el mismo precio que lo que una señora limpia una casa....Habré servido a la sociedad de forma " abnegada"....Todo eso para ir de pié en el metro y sentirte agradecido de ver todas esas caritas más frescas que una lechuga que van tan ricamente sentadas como despotrican sobre la profesión médica....Todo mientras yo pongo la peor cara que tengo, cara de tengo sueño, cara de me estoy mareando, cara de que el mundo es cruel....Todo esto sin lograr inmutar ni un mínimo de compasión por parte de los viajeros, que se dedican a ignorarme con todo su corazón...Sí, yo también podría hacer lo mismo en la guardia cuando su corazón no funciona pero no lo hago....En fin, claro que cuando veo a un chico joven sentado pienso que ni yo ni ninguna de mis amigas mostraría el mínimo de interés por él, ni muerta le dedicaría mi atención...aunque fuese mi amigo del bar, ahí se quedaría porque aunque mis caras sean patéticas, las ojeras no engañan y no es necesario estar 25 horas de pié de forma interrumpida....no es necesario.

Ala, ya lo he dicho. Sé que no tengo ninguna razón, sé que soy privilegiada por quejarme por estas tonterías pero también sé que es humano y yo soy humana.

Ps. Foto: D.García.

martes, diciembre 19, 2006

Nueva Navidad.

Nueva ciudad, nuevo tren, nuevo metro, nuevas personas, nueva casa, nuevos colores, nuevos sabores…Nueva Navidad…hoy me siento agradecida por haber recibido mi regalo de Navidad dosificado, cada mes me ocurrieron nuevos acontecimientos, nuevas ideas, nuevos retos…Nueva Navidad que me has iluminado con tu historia sencilla, me has acercado a algunos mientras me alejabas de otros pero siempre me has enseñado que no podemos dar con los puños cerrados, que la vida es más dulce si la dejamos sencilla, que lo hermoso está en mantener vivo lo auténtico…Nueva Navidad, sigue durante todo el año…sigue trayendo libros, historias, personas, sueños a mi memoria…sigue cambiándome desde dentro hacia fuera…Nueva Navidad, sé con nosotros durante cada día del nuevo año…

Ps.Gracias a todos por leer, por dejar comentarios, por compartir ideas en la distancia o en la cercanía, gracias por acompañarme en este viaje. Gracias por perder unos minutos conmigo y por acordaros de mí cuando camináis por sitios insospechados. Ojalá pudiera ver vuestros ojos y escuchar vuestras palabras con la misma fidelidad que vosotros lo hacéis conmigo. Nueva Navidad a todos, un abrazo.

domingo, diciembre 17, 2006

El poder de las palabras.

Fue un infierno de guardia. Los cuchillos tomaron vida propia y se dedicaron a cortar las manos de los pacientes en vez de los pepinos, aguacates y jamones que no querían ser troceados. Todos vinieron a recibir puntos, todos llegaron a la vez, la lista no decrecía en ningún momento y el tiempo de espera aumentaba. Mis manos, solo eran dos. Los guantes de mi talla se acabaron, la anestesia se acabó, los instrumentos se acabaron, el hilo corría sin parar, fue necesario reponer todo el material de la sala de suturas. Hicimos lo que pudimos, solo una persona nos dió las gracias con entusiasmo, el resto parecía serles indiferente. Hubo un buen equipo, todo el mundo trabajó al máximo. Cuando acabó ese turno de enfermería, les dí las gracias por su trabajo y reconocí que sin ellos no hubiésemos atendido a todos los pacientes en ese tiempo. Lo reconocí, no somos nadie sin las manos que reponen, que limpian, que vendan. No dije ninguna mentira. Se sorprendieron por el reconocimiento, se sintieron orgullosos de su trabajo. Fueron pocas palabras pero honestas. Lograron darle la vuelta a un día malo, fue malo pero lo hicimos bien.

¿ Por qué nos cuesta tanto reconocer el trabajo bien hecho?, ¿ por qué no dejamos esa manía de sentirnos amenazados porque otros sean buenos e incluso mejores que nosotros para animarles?, ¿ por qué creemos tan poco en el poder de las palabras?.

miércoles, diciembre 13, 2006

Él.

Cada Navidad pienso en qué decir...pienso en mis postales en medio de su proceso de casera fabricación...pienso en el e.mail colectivo que escribo...pienso en las personas que aprecio...pienso en lo mucho que han cambiado las cosas...pienso en que la bondad no es algo que esté de moda, no es algo de lo que nadie habla en estas fiestas...He visto carteles de "paz" en las tiendas y me parece citar una palabra hermosa de una forma vana...Y pienso en Él, en el protagonista que tratamos de ausentar en estos días...pienso en sus palabras fuertes hacia la hipocresía...pienso en Su cruz ...pienso en la forma que describió el corazón...pienso en la forma que amó...pienso en la misericordia que derrochó...pienso en Su mensaje que es capaz de poner el mundo patas arriba si solo oyésemos con los oídos...Y pienso que Él es todo un universo que aún tengo que conocer con profundidad...

lunes, diciembre 04, 2006

Los Miserables.

No sé bien porqué pero la idea vino a mi mente con fuerza. La duda era si comprar una flor de pascua o un libro...¿ Donde está la duda?....Ya, pero las plantas también tienen su cosa aunque cuando se le caen las hojas es un poco triste...Entonces es cuando pienso en crear un hospital de plantas y hacer algo para que sigan vivas....En fin, esa es otra historia, la cosa es que salí a la calle y supe que tenía que conocer a esos personajes. Fue algo visceral, no planeado.
Un título, una tienda de libros usados y varios ejemplares disponibles. A pesar de esas lámparas de los años 60 y de unas estanterías torcidas que amenazaban con caerse en cualquier momento. Apareció, Victor Hugo, se dejó ver y me dejé seducir por un libro usado de tapas duras y olor a papel rancio...pagué los seis euros por los dos tomos y "Los Miserables".estaban de repente en mis manos.. por supuesto comencé a leer en la cola del super no fuese a ser que perdiese el turno y como siempre, un cosquilleo, curiosidad elevada a la undécima potencia esperando que Victor Hugo me haga pensar por lo menos lo que Dovstoievski en el último año...

Ps. Si lo habéis leído no es necesario que compartáis el final. Gracias.