lunes, agosto 31, 2009




_El amor nunca deja de ser. El amor permanece.

sábado, agosto 29, 2009

La cortina.

Sólo es un trozo de tela que separa dos mundos. Una cortina blanca, semitransparente, aséptica que permite intuir lo que ocurre al otro lado.

- Tengo un tumor.

Nunca había escuchado ese dato con tanta claridad. La mayoría de los humanos preferimos no llamarlo, un simple "eso" es suficiente. Suficiente para adaptar la realidad a la medida que uno puedo soportar.

- Lo he visto, ha recibido radioterapia.
- Sí.

Pasan un par de horas. Unas cuántas pruebas. Una sospecha. Sospecha confirmada. Lo odio. Odio esta parte de mi trabajo. Lo odio con todas mis fuerzas. Cojo aire y vuelvo.

- Hola de nuevo, tengo ya los resultados.
- Dígame.
- Me temo que no traigo muy buenas noticias. El tumor ha crecido un poco y por eso tiene esos síntomas. Es pequeño y podríamos tratarlo nuevamente.

Las lágrimas comienzan a llenar sus ojos.

- Sé que ha rechazado otros tratamientos, respeto esa decisión pero deberíamos plantearnos todo nuevamente. Sé que no quiere escuchar mis palabras pero para seguir haciendo una vida normal, deberíamos hacer algo más.
- A mí me queda poco por hacer y yo no quiero mucho más...quiero estar bien...
- Ya pero ha venido porque no está bien...por eso para que esté bien hay que poner tratamiento.



El otro lado de la cortina.




- La quimio es una faena, yo lo pasé fatal con la primera...menudo infierno...Un malestar, un dolor de cuerpo...Terrible...menos mal que me ayudó porque sino es para pegarse un tiro...
- Bueno ahora está nuevamente con quimioterapia pero está bastante estable.
- Sí sólo un ganglio nuevo en 6 meses.

Me muerdo la lengua mientras pienso en cómo algo tan pequeño puede matarte. Pasan las horas.

- Las pruebas han salido bien. Los síntomas que tiene probablemente estén en relación con la quimioterapia.
- Sí, siempre me pasa algo similar pero esta quimio la llevo mejor que las anteriores.
- Ya pero es necesaria darla así que ánimo y paciencia, mucha paciencia.
- Hombre, claro, hay que hacer lo que sea necesario. Yo me pongo lo que me manden sin rechistar. Faltaría más.
- Bueno, pues a ver si le ayudamos.
- Gracias, muchas gracias.

Sólo es una cortina pero si no existiese cortina, si estas dos personas se mirasen a la cara con esos camisoncitos blancos. ¿ Hubiese cambiado algo?.

lunes, agosto 17, 2009

4.

- No, no puedo domir.
- ¿Y qué hace?.
- Suelo salir a la terraza. Me siento en una vieja silla de la playa que tenemos allí y cuento las estrellas. Cuento todas las estrellas que veo y a veces pasan horas.
- ¿ Horas?.
- Sí, horas. Horas en las que pienso en cómo serán las estrellas. Pienso en si ella estará ahora en una de esas estrellas. Si ella me estará viendo, pienso en su ausencia...por eso no puedo dormir.
Me siento menos solo si pienso que ella está una estrella.....


Silencio.

viernes, agosto 14, 2009

3.

- Tiene que ir al hospital.
- No puedo dejar a mi mujer sola. Ella no se puede mover de la cama.
- Alfonso, de verdad, llamaremos a alguien pero tiene que ir al hospital.
- A mí no me importa ir al hospital pero no puede la ambulancia ir por mi casa y recoger a mi señora. Ella podría quedarse en la sala de espera.
- Alfonso, no se preocupe que yo la llamo y se lo explico.
- Mis hijos no nos ayudan nada. Y mire que yo he hecho sacrificios para sacarlos adelante. Muchos sacrificios.
- Bueno, tiene que esperar aquí sentadito.

Comienza a llorar. Hoy no tengo el día de lágrimas. No puedo ver a este abuelo llorar sin hacer nada. Seis pacientes esperan a mi puerta, mirándome con cara hostil.

- Alfonso, es necesario. Si no cuidamos de usted, usted no podrá cuidar de ella.
- Ay, pero digále que esté tranquila. Se va a preocupar mucho.

Más lágrimas. Más pañuelitos de papel. Me levanto para atender a la llamada de la ambulancia. Vuelvo a junto el paciente y no está. Siento un vuelco al corazón, recorro el centro de salud y voy a la calle. No está. Vuelvo a mi consulta, le veo salir pausadamente del baño mientras coge mi mano y me da el teléfono de su nieta.

- Ella vendrá, ella se hará cargo de mi mujer.

martes, agosto 11, 2009

2.

- Pase, caballero.
- Buenos días, doctora.
- Cuénteme.
- Mire, vengo porque se me acabaron las pastillas.
- De acuerdo, ¿ cuántas está tomando al día?.
- Pues, a ver, yo miento por sistema. Miento a todo el mundo menos al médico.
- Bien, me alegra escucharle. Seamos francos, ¿ cuántas pastillas toma?.
- Pues, a veces más de una. Las consigo de estraperlo.
- ¿ De estraperlo?.
- Sí, en el mercado negro.
- Así que las consigue en el mercado negro.
- Sí pero no tiene mucho sentido.
- No, no tiene mucho sentido. Sé que necesita las pastillas, mi trabajo es que necesite las necesarias y no más.
- Ya...
- Calcule cuántas pastillas tome de aquí a un mes y volvemos a hablar pero...
- ¿Sí?.
- No le recomiendo el mercado negro.
- Ya pero si no queda más remedio.
- Esperemos que haya más remedios que ese. Cuídese.
- Gracias....Gracias, doctora.
- Que tenga un buen día.
- Usted también. Adios.
- Adios.

lunes, agosto 10, 2009

1.

- Hola, buenas. ¿ Qué le sucede?.
- Tengo fiebre.
- ¿Desde cuándo tiene fiebre?.
- Hace una hora.
- ¿Perdón?.
- Tengo fiebre desde hace una hora, no tengo nada más...no tengo mocos, no toso, no me duele la tripa...no siento nada, sólo el malestar...Me he tomado paracetamol y ahora tengo 37,6ºC.
( ¿ Tengo cara de adivina?, ¿ Fiebre desde hace una hora? ).
- Pase a la camilla.

La exploración es normal. Normal.

- Uhmm, todo está normal. ¿ Qué puedo hacer por usted si se ha tratado correctamente y no tiene otros síntomas?.
- No lo sé.
- Pues, vigílese. Si la fiebre persiste más de tres días, hablamos nuevamente. Si no tome paracetamol, beba muchos líquidos y tenga paciencia porque aún le quedan muchas horas por delante.
- Gracias.
- De nada. Buen día.

_ Si los políticos respondieran a la crisis con la premura que mi paciente, no habría paro

miércoles, agosto 05, 2009

Peluquera por un día.

- Hola, buenos días.
- Hola, doctora. Necesito recetas.
- Cuénteme.
- Pues sí, mire aquí están los cartones.
( Cada vez que sacan los cartoncitos recortados me parece que trapicheo medicinas).
- Doctora.
- Dígame.
- La veo hoy más guapa que la semana pasada.
( ¿ Esto es miss España?, ¿ miss universo?, ¿ George Clooney sigue siendo médico?).
- Uhmm, bueno pues gracias.
- Sí está hoy mejor.
( Uhmm....¿ hay cámara oculta o me estoy perdiendo algo?....).
- Aquí tiene las recetas.

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- Hola, doctora. Vengo porque se me ha acabado la pastilla esa de la tensión.
- De acuerdo.
La paciente me mira de forma persistente sin decir palabra. Me siento más observada de lo habitual.
- ¿ Necesita algo más?
Movimiento de melena digno de la Pantoja.
- ¿ No me nota algo nuevo?.
- Uhhmmm...¿ mechas nuevas?....
- Sí, claro. Me he puesto mechas negras, ¿ cómo me sientan?
( Definitivamente tiene que haber cámara oculta, comienzo a mirar a las esquinas).
- Pues bien, está muy favorecida.
( No me sale decir guapa...he estado a punto de decir está muy bien conservada como las momias pero no me parecía oportuno).
- Sí, eso pienso yo. Es que ya tenía un color, un color que no me veía...y es importante verse bien...digo yo que es importante...
- Claro.
- Entonces, ¿ me ve bien?.
- Sí, muy bien.
( Mis ojos miopes la ven muy bien, tiene forma de persona, cara de persona y voz de persona...es una persona...mi cerebro le ve muy bien).
- Ay, gracias, ya lo decía yo que había que cambiar.
- Bueno, pues a seguir tan animada y aquí le dejo la receta.
(...Tan animada con su imagen claro porque la tensión va fatal...).
- Muchas gracias, siempre tan amable...
( ...Amable es escuchar a la gente y no decir que estás bien conservado....).
- Adiós.


_ Moraleja: Ir al médico es como ir a la peluquería sólo que en vez de peine, usan el fonendo.