jueves, agosto 25, 2011

Voz.

Hoy me quedé sin voz, al principio empezé hablando bajito, luego susurrando y finalmente un hilillo de voz que malamente se escuchaba. Acabé haciendo un cartel para los que tienen el oído un poco duro:" No tengo voz, LO SIENTO MUCHO, ¿ en qué puedo ayudarle?". Y así ha ido el día, curioso día. Me han recomendado lizipaína, hierbas de San Juan, agua y gárgaras con miel. Todo muy científico y hasta hay quien me recomendó la baja, claro después de haberle atendido no vaya a ser que nos quedemos sin médico.....Ay,ay, habría que trabajar más la empatía aunque algunos pacientes han hablado bajito como si así pudiesen lograr una tranfusión de voz a mi garganta....Y no sé por qué pero me han llenado de esperanza, me han recordado que aún hay buenas personas y que cada vez que dude sobre el mundo en el que vivo, algo o Alguien me recuerda lo hermoso y caído que es este planeta....solo necesito abrir los ojos para verlo.

viernes, agosto 05, 2011

Empatizar culturalmente.

Trabajar en un lugar con muchas culturas, nunca deja de ser curioso. A veces no tengo claro si es su cultura, la adaptación a la nuestra o directamente me están tomando el pelo. Sea lo que sea, crea situaciones inverosímiles.

- Hola Jkxlymwyjgjla.
- Hola, usted tiene canas.
( Seguro que lo ha pronunciado mal y quiere decir casas/caras/cajas...)
- ¿ Qué?.
- Tiene canas, ¿ por qué?
( A ver, a ver, ¿ por qué estamos hablando de mis canas?).
- Por una parte es herencia y por otra parte que me estoy haciendo mayor.
- Ya, bueno, yo también tengo canas.
- Ya.
( ¿ Tengo que preguntarle por sus canas?, Necesito un manual de estilo).
- Fuera dicen que es muy simpática.
( Me estoy perdiendo).
- Ya, bueno en qué puedo ayudarle.
( Vamos a reconducir esto porque a este paso hablamos de mis varices y no procede).
- Dicen que se va.
- Ah, sí...mi contrato se acabará pronto.
- ¿ Y a donde va?
( Me voy a Hawaii, a Argentina, a Australia...osea a la cola del paro....).
- No lo sé.
- Pues a mí me parece simpática. Así que le voy a dar dos besos para despedirme.

Y no sé cómo acabo recibiendo dos besos de mi paciente con la mesa por el medio sin que haya sido capaz de saber por qué viene ya que no soy tan optimista cómo para pensar que mis canas sean motivo de consulta.