sábado, diciembre 29, 2012

19.

- ¿ Y no está la doctora Sara?
- ¿ Perdón?
- Sí, nuestra doctora.
- Yo soy Sara, José.
- ¿ Es usted?
- Sí, soy yo.
- Ay pues yo pensaba que era más rubia.
- Bueno llevo el pelo recogido.
- Y también más alta.
- Pues de verdad que mido lo mismo hoy que ayer.
- Ah, pues no la conocía.
- No se preocupe, está bien.


_Ningún día es igual al anterior, no dejo de asombrarme.

jueves, diciembre 27, 2012

C

Hoy mis pacientes me han llamado:

Chata

Chiqui

Corazón

Prometo no haber comido una piruleta de corazón ni llevar trenzas para que me llamaran así. Mientras otras personas menos agradables decidían el futuro de mis pacientes jugando con otras palabras o simplemente jugando a apalabrados. Hoy es un día triste, no me compensa que mis pacientes me traten con cariño mientras los políticos ignoran la ciencia y el bienestar de las personas.

lunes, diciembre 24, 2012

Manos alzadas.

Camino por un paseo llamado Gracia, veo a un hombre con un perro y la mano alzada junto al paso de cebra. Un perro descansa a sus pies, le miro con curiosidad. No baja el brazo pero sigue quieto en la acera. Cruzo la mitad de la calle mientras veo un árbol de Navidad, devuelvo la mirada hacia el hombre quien sigue inmóvil con su brazo levantado junto al perro por lo que me devuelvo. Le pregunto si necesita algo, al ver sus ojos me doy cuenta que no ve. No ve al menos lo que yo veo, el hombre me dice  que necesita coger un taxi pero  ninguno para. Le pregunto si necesita ayuda, me devuelve la pregunta con asombro, ¿ me ayudaría?. No necesito estrellas de Navidad para saber que le ayudaré y en pocos segundos, el hombre y su perro están en un taxi camino de algún lugar.
Días más tarde, otra mujer levanta su brazo a pesar del bullicio, se pone de pie y empieza a hablar. Habla en el anfiteatro de nuestra casa de médicos. Mi padre vivió toda la vida en Alemania, trabajando como un burro y enviando las pesetas a mi casa para que pudieramos estudiar. Yo decidí estudiar medicina. Quería ayudar a los demás, cuidarles de la mejor manera. Mi padre se enfermó pero sé que entre todos los que estamos aquí, le cuidamos bien, murió orgulloso de mí, de todos por hacer que la sanidad sea lo que hoy es.Sé que luchar por los pacientes es nuestra labor, luchar por quienes no tienen voz y cuidarles como cuidamos a mi padre. Entonces, varios centenares de médicos se levantan y empiezan a aplaudir en un aplauso eterno.
Todo esto pasa esta Navidad, hay menos luces pero hay personas que me están recordando lo que significa la  Navidad. Un bebé en un pesebre, una historia de gracia donde los ciegos ven, donde las personas dejan su bienestar por defender el bien común,  donde algunos ángeles siguen cantando para otros y donde el Verbo se sigue haciendo carne.

domingo, diciembre 16, 2012

Marea blanca.

En los días de pancartas, de sábanas blancas en las ventanas, de coros improvisados y batas blancas, se cuelan preguntas que no llegan al presidente por mucho que en un lugar llamado La Paz se empeñen....

- ¿ Crees que va a servir para algo?
- ¿ Perdón?
- Sí, lo de la huelga, las firmas y todo ese rollo.
- ¿ Si van a ganar?
- ¿Ganar,? Ya le digo yo que no vamos a ganar nada. Estamos perdiendo mucho dinero además de lo que el Estado nos ha quitado ya.

El chaval me mira con cara de estupefacto y justo cuando logro su atención lo digo.

- Hacemos huelga por usted, por sus padres, por sus abuelos porque creemos que su salud no es un negocio del que unos pocos se lucran. No mentimos, la ciencia nos da la razón y un millón de ciudadanos también así que la cuestión no es ganar o no. La cuestión es mantener una sanidad universal y de calidad para cada ciudadano de este país, por eso luchamos y no vamos a dejar de hacerlo. No hay fisuras entre los médicos, todos estamos de acuerdo pero necesitamos su apoyo, usted elige a quien creer.

Entonces tartamudea mientras se sonroja.

- Yo firmo, yo firmo en contra, de verdad.


sábado, diciembre 15, 2012

La trampa.

Está solo, no sé cómo fue o por qué. No sé desde cuando pensó que no era bueno rodearse de personas a su alrededor pero ahora parece una caricatura de cualquier ser humano. Cuerpo sin alma, ojos sin vida. Y por unos momentos habla alto, decidí apartar a cualquier mujer de mi vida. Fue una decisión meditada. Así que desde entonces mi trato con las mujeres se reduce a relaciones fugaces previo pago. Y entonces me mira. No sé porqué me mira, no me genera simpatía. No sé quien es ese hombre ni quienes son los hombres como él. Ciudadanos que parecen respetables, que compran regalos en Navidad y que se apuntan a las cenas de empresa. No sé quienes son, no quiero saberlo. No quiero saber más, sé suficiente. Sé que usar a las mujeres siempre será una conducta despreciable, sé que debería resolver sus problemas sin contribuir a la trata de blancas, sé que escuchar sus palabras me pone entre las cuerdas porque puedo caer en la trampa. La trampa de juzgarle y no debo hacerlo, no debo hacerlo.

lunes, diciembre 10, 2012

El décimo.


Nunca entendí a las mujeres maltratadas que seguían viviendo con el villano bajo el mismo techo. Siempre me parecieron imbéciles. Es estúpido vivir con alguien al que no le importa retorcerte el cuello. Ahora lo veo desde el mismo lado y es distinto. Todo es distinto.

No es fácil levantarte por las mañanas sin saber si vas a comer, si te van a gritar, si tus hijos te verán llorar y pensando en que a lo mejor te vuelve a pegar. Sé que tengo que aguantar hasta encontrar trabajo pero hay días que no sé si lo lograré.

Compré un décimo de lotería. No sé por qué. Pienso que si me tocara, esto se acabaría. Si tuviera algo de dinero, me iría, cogería a los niños y me largaría. Cerraría la puerta y fin. Guardo el décimo entre las recetas de cocina y al mirarlo me digo que no tiene sentido, todo esto no tiene sentido.

domingo, diciembre 02, 2012

Ausente.

Ausente es una palabra extraña. Cuando uno está ausente significa que está presente en otro lugar. Ausente y presente, son las palabras que me han acompañado en los últimos meses. Palabras difíciles de conjugar con muchos cambios, algunos buenos y otros no. Recordando que lo importante es lo que hago cada día, levantarme, desayunar una mezcla de los cinco cereales distintos que tengo en la alacena, sentarme en una silla y estudiar. Estudiar lo que ya sé, estudiar lo que se me olvida y aprender algo nuevo. Rutina que formará mi carácter de algún modo que algún día veré. Comer haciendo compañía a mi hermano solo que en países diferentes y sin más coger el metro, echo un poco de menos el tren, el metro a veces no tiene sol aunque haya una línea amarilla.
Una vez hecho todo esto, empiezo a trabajar en el caos de un nuevo lugar y escucho cientos de historias que me dejan anonadada. Escuchar a un paciente pidiendo que me de prisa porque sino llegará tarde al culto, sacar pañuelos de papel porque no es agradable que tu marido te engañe, conocer a una valiente que con una sonrisa me dice ¿ y qué piensan que es esto? Pues más cáncer ya lo sé yo. Coger aire con fuerza al ver a un adolescente no creer que la vida puede ser tan maravillosa y ver a un hombre llorar porque su gato ha muerto de cáncer. Sí, esa es mi vida, la vida en la que estoy presente.
La vida en la que estoy ausente tiene libros, palabras, cuadros y recuerdos como cuando Joseph dijo que aprendería a nadar. Aún así la vida ausente me lleva a dar vueltas en la caja torácica de la casa Batlló, a descubrir esa otra ciudad que yace bajo el Tibidabo y a soñar con las estrellas de Adelaida.