viernes, febrero 15, 2013

Cosas.

Hay un hombre que está sentado en el tercer banco de una de esas avenidas de seis carriles. Uno de esos lugares perfectos para ser anónimo si no tienes casa ni destino. A veces me lo encuentro cuando regreso ya a casa, entonces rebusco en el bolso por algo que comer. No importa si es una mandarina, una manzana, un yogur o una chocolatina. Lo que le de, siempre recibe la misma respuesta. Un piropo monumental gracias a una mínima cantidad de comida. Y sonrío, siempre sonrío. Camino hacia mi casa pensando en los hombres grises que teniendo todo nunca dirán un piropo con esa interesada honestidad y en las mujeres que se tienen que disfrazar hasta límites insospechados para que los hombres grises les digan piropos monumentales. La vida es sencilla, mucho más sencilla.

jueves, febrero 14, 2013

Ayer.

Ayer una señora empezó a quejarse de forma muy sonora en la sala de espera porque tuvo que esperar 25 minutos hasta pasar. La señora por supuesto no tiene un trabajo con el que cumplir o nietos que recoger de la guardería pero no pasó a su hora. Sucede a diario, tardo en atender a un paciente una media de 8-9 minutos, esto significa usar mi pausa para café para atender pacientes y retrasos habituales. Nunca he escuchado a los pacientes quejarse porque les dedique el tiempo por ley marcado para mi descanso. Por eso no hay quejas y lo siento pero no les voy a pedir disculpas. No voy a pedir disculpas por pensar que la salud de un paciente merece más de 5 minutos. Lo siento en el alma pero la agenda la ponen los políticos, no los médicos.
Mientras terminaba de atender a la paciente que estaba dentro de la consulta, al salir, la señora me dice: No le haga mucho caso a la señora que va a pasar, está montando una buena sin razón. Es uno de esos paréntesis de gracia que recibo a diario. Sonrío pero me dura poco la sonrisa porque entra la señora echa una furia preguntando para qué sirve la cita y un montón de improperios más. Cuando esto sucede, siempre deseo, medir dos metros, tener una voz grave y pesar el triple de lo que peso para que la señora se calle por si sola. Pienso eso mientras mis ojos hacen chirivitas deseando que los políticos se den cuenta que sus decisiones son nocivas para los pacientes y los médicos que tenemos que sufrirlas. La vida humana vale más de cinco minutos, infinitamente más.

viernes, febrero 08, 2013

Décalogo para superwoman.

A todas las señoras postmenopausicas que toman antidepresivos, que cuidan a sus padres, trabajan fuera de casa, viven con sus hijos y marido mientras cuidan a sus nietos. A todas ellas, les quiero decir:

1. Usted no es superwoman.
2. Es normal que esté cansada. Trabajar desde que se levanta hasta que se acuesta, cansa. Puedo hacerle una analítica, no hay problema pero es muy probable que sea normal. El descansar una hora al día no entra en receta. 
2. Las pastillas pueden ayudarle un poco en su estado anímico pero no friegan los platos, hacen la compra o cuidan a una familia. Ponga limites. Usted no es la chacha de nadie. El amor debe ir en dos sentidos, no solo en uno.
3. Los huesos empiezan a doler en esta etapa de la vida, es normal, los huesos se gastan igual que la ropa. Tiene que hacer ejercicio tres veces por semana para mantenerse ágil. El ejercicio es tan útil como los analgésicos, lleva tiempo pero tiene muy pocos efectos secundarios. Su salud es tan importante como la de sus hijos, cuídese.
4. Su marido tiene que hacer algo en la casa aunque sea poner y recoger la mesa pero algo.
5. Sus hijos tienen que limpiar su habitación y encargarse de su colada. No tiene que planchar sus camisas, no tiene que preocuparse si no tienen calcetines limpios. Dejé de hacerlo ya, ellos espabilarán y usted ganará al menos 30 minutos cada día,
6. Teniendo en cuenta que todos comen en su casa y usted cocina para toda la tropa, al menos haga turnos para que todos vayan a la compra con la lista correspondiente. El supermercado abre de 8.30-21.30, no hay excusa, todos los miembros de su familia pueden ir a la compra de modo que usted solo iría una vez cada dos semanas. Ganaría al menos 1 hora cada semana.
7.  Usted y yo sabemos que casi no cena porque está agotada. Deje de cocinar por las noches, si quieren algo caliente: pasta, verdura cocida o algo a la plancha. Puede darle clases a su familia de lo que tarda en hervir el agua y como se echa la pasta en el agua hirviendo. De ese modo, quien quiera cenar caliente, sabrá ya hacerlo. Así todas las noches dispondría de 1 hora libre adicional.
8. Dese un respiro, no invite a toda la familia a comer los domingos. Si vienen, que traigan la comida. No es echarle cara, son ellos quienes esperan un hotel cinco estrellas sin pegar palo al agua así que no se sienta culpable. Su familia no sufrirá desnutrición.
9. Todos los días disponga de 1 hora para no hacer nada útil. Es decir hágase las uñas, hable por teléfono, lea el periódico, échese una siesta, lo que le apetezca. No es pecado, descansar. No se tiene que sentir culpable por descansar, se ha ganado el descanso tras trabajar duro. Se lo merece, descanse al menos una hora diariamente. Si su familia quiere algo, que lo anoten en la nevera, nada de resolver el problema en su hora de descanso. No es una esclava.
10. Todas las semanas separe 3 horas de una tarde para hacer lo que le apetezca. Salir con su marido a tomar un café, caminar por el parque, ir a ver tiendas, pintar, escuchar música....lo que quiera, el resto de su familia lo hace y el planeta sigue girando...¿ por qué no hacerlo usted? Se lo merece.


Finalmente si sigue todos estos consejos, es posible que mejore su calidad de vida, estará más sana, los dolores dolerán un poco menos y se sentirá más satisfecha con lo que hace hasta podremos quitar el antidepresivo. Se lo digo de verdad, no necesita un médico, necesita una asistenta y mientras esta no llegue, hágame un poco de caso, solo un poquito, por favor.

jueves, febrero 07, 2013

21.

- ¿ Es usted Sara?
( Cada vez que alguien me pregunta eso, me echo a temblar).
- Sí, soy yo. Dígame, ¿ en qué le puedo ayudar?
- El otro día mi marido estuvo aquí y vino hablando maravillas de usted
( Tengo 1600 pacientes a mi cargo,imposible saber quien es su marido)
- Uhmmm
- Sí, me lo dijo tan convencido que le pregunté pero cariño, ¿ tengo que preocuparme por Sara?
( Si digo que puse cara de pocker, sería poco).
- Bueno, pues a ver si le puedo ayudar también a usted.
( ¿ Su marido exactamente a qué venía a la consulta?)
- Sí necesito que....