martes, mayo 21, 2013

Ella.

Es un día tranquilo que pasa volando entre atender a pacientes y explicarle a la estudiante las cosas básicas. Estamos cerca ya de las 2 de la tarde cuando salimos a visitar a una anciana que necesita revisar algunos de sus problemas de salud. Al llegar nos dice la familia que lleva esperándonos desde las 7 de la mañana...Larga espera...La familia nos cuenta que se ha arreglado porque sabía que íbamos a verla. Está hecha un pincel con un traje de falda chaqueta, zapatos rojos a juego con las líneas de la ropa y pendientes de perla. Es muy guapa, los 90 años no son el problema sino la actitud y ella es una mujer muy hermosa. Vamos interrogándola, nos dice varias veces que lo que le molesta son las rodillas así que ajustamos los analgésicos y antes de irnos, nos da las gracias. Nos coge de las dos manos, nos mira a los ojos y nos dice que somos muy guapas. Nos mira con esa ternura que solo da la edad y sonreímos. Además de eso, nos invita a un plato de lentejas, una coca-cola o lo que nos apetezca, deben tener ya hambre nos dice con cariño. Agradecemos la invitación y salimos de esa casa, la estudiante se queda maravillada de lo buena que pueda ser la gente y asiento, hay gente maravillosa.