"-Dígame lo que piensa, madre- supliqué.
- Has contraído un mal típico de los europeos, hijo. Lo quieres todo para ti, tal y como les ocurre a los europeos de los que hablas en tus relatos.
-!Madre!.
- Ése es un mal europeo. ¿No deberías aprender a pensar en los demás? ¿Acaso no te he repetido que debes mostrarte agradecido? No digas nada aún, espera. En una ocasión, me dijiste que cuando los europeos dicen "Gracias", es un simple formulismo. No lo dicen de corazón. Tú te has vuelto como ellos, hijo. Tengo muy presentes tus escritos. El listo hace lo posible por ser más listo, el rico, por ser más rico. Nadie siente gratitud. Todo el mundo está concentrado en prosperar. ¿No es eso lo que tú mismo me has explicado? Todos sufren. Sus deseos e ideales se convierten en monstruos que dirigen sus vidas. ¿Lo recuerdas?.
- Lo recuerdo, madre."
Hacia el mañana. Pramoedya Ananta Toer.
_Por eso tengo que escuchar otras voces.
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