Hay días que una pregunta trivial destapa la caja de Pandora sin que sepas bien donde te encuentras. Una pregunta banal como ¿de donde es usted?, trae un manto de realidad a una consulta medio perdida en la periferia de la gran ciudad. Soy de Egipto. Y cómo está. Pues, no lo entiendo, yo no entiendo cómo la gente ha tardado tanto en levantarse. ¿ Cuánto tiempo lleva en España?. Diez años, yo vi que no podía dar de comer a mis hijos y salí de allí. ¿ Cómo está su familia?.Mi familia está en la calle, tengo amigos que no han vuelto a sus casas desde que se inició la revuelta. Tienen que resistir, yo voy los fines de semana a la Embajada. Quiero decirles que no somos tontos, que queremos libertad y oportunidades. ¿ Va a volver? Probablemente no pero es mi pueblo, tenemos que luchar.Espero que salga bien, lo deseo de verdad. Gracias, eso esperamos.
Tengo la sensación de viajar a un país que no conozco, de ver las arrugas que los años han conformado en sus rostros, de entender un poco mejor lo que que otros cuentan. Y siento también parte de esa losa que significa luchar sin garantías porque es lo que toca. Y pasan los días. Nada parece moverse. Y es otro paciente el que levanta esa losa, ¿ no lo sabe aún?, ¿ no se ha enterado? Ha dimitido. Mubarak ha dimitido. No sabe lo que está viviendo esa gente, hoy es su oportunidad. Y sonrío, sonrío por la gente común que desea el bien y que se alegra del fin de la injusticia...sonrío porque hoy es su día....
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