- Creo que deberían haberme tratado el cáncer de otra manera, si lo hubiesen hecho no tendría que estar pasando estas molestias, es tan incómodo. Yo creo que no piensan en nosotros, no piensan en que tendremos que vivir con esto el resto de la vida porque a ustedes no les pasa.
No suelo entrar mucho en ese tipo de comentarios. Me parece absurdo, si los pacientes prefieren criticar a los médicos en vez de asumir que la mayor parte de las enfermedades son una faena sin cura a la vista, está bien. Si quieren que seamos el chivo expiatorio, no voy a decir nada al respecto. Es una batalla perdida pero a veces como hoy hay que colocar las cosas en perspectiva. Hay que lograr que los pacientes vean más allá.
- Tiene razón, no sabemos lo que es vivir con esas molestias. Es cierto y además no le podemos ofrecer muchas soluciones útiles. El problema radica en que su cáncer tiene una supervivencia alta a los 5 años pero baja a los 25 años. Usted es joven y nuestro trabajo es asumir el riesgo cero. Si le causamos molestias pero vive 25 años, merecerá la pena. Si no le causamos molestias pero no llega a vivir más de 7 años, ¿ para qué habrá valido?. Esta es nuestra perspectiva y por eso tomamos esa decisión.
El paciente no añade mucho más, hablamos de otros asuntos pero al entrar el siguiente paciente; refiere que el señor que acaba de salir dice que soy muy maja. No sé porque dijo eso y tampoco sé si voy a mantener el estado de gracia* mucho tiempo. Sé que fallamos en hacer esto, sé que no nos paramos a recordar el porqué estamos aquí de forma honesta, sé que no explicamos que lo que ahora es molesto puede salvarnos la vida por un poco más de tiempo y quizás por eso hay tanta gente que se queja. Quizás no hemos explicado bien que la vida es otra cosa bien distinta a lo que se ve en el cine.
*El estado de gracia me duró escasamente dos horas, al intentar una señora colarse en la consulta de forma insistente y explicarle que la asistencia va por orden de lista, la señora me contó que no pensaba ponerse nunca en las manos de alguien como yo. Lo que no sabe la señora es que me llena de alegría tener un paciente menos que se cuela y que no respeta a sus vecinos. Quizás eso sea gracia.
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