sábado, abril 19, 2008
La ciudad.
Salgo del hospital.Llueve. Unas cuantas historias de adolescentes en excursión de fin de curso. Romanticismo y poco sentido común en el máximo exponente. Vuelvo a mi casa. Veo por encima unos artículos. Llego a la ciudad. Cojo el metro. Me siento, hay sitios libros. Escucho a Anthony & The Johnsons. Una mujer de 40 años trata de cerrar la cremallera del bolso sin éxito. Afanada mueve la cremallera mientras un hombre de 75 años con boina y bastón la observa. El hombre finalmente arranca una palabra. Así no se hace, tiene que unir los bordes con un poco de fuerza y funcionará. La mujer entabla una conversación con el buen hombre. Ella lo intenta pero la falta de maña está de su parte. Así que finalmente el anciano, coge la cremallera y la abrocha. A partir de ahí el hombre comienza a explicar otros tucos que facilitan la vida cotidiana mientras la mujer comparte los suyos. Es entonces que me miran y me dicen, así es más sencillo ¿no?. Dejo a Anthony y compañía en algún lugar de mi bolso y les respondo. Comenzamos a hablar de la vida común mientras las paradas de metro van pasando. Llego a mi parada habitual, siento cierta lástima de dejar a esos viajeros tan dispares y tan buena gente....Y pienso....cada vez que ayudamos a otro de forma sincera, cada vez que cedemos un poco nuestros derechos, la ciudad se vuelve más humana, más llena de esperanza y la lluvia parece aún más hermosa....tan hermosa como los dulces sueños que me esperan....
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