Hablaba con tanta pasión que le hubiese escuchado toda la tarde. Su tema: La viticultura. En ese pequeño pueblo, allí estaba él. Había crecido entre barriles y vinos como si aquello fuese Barrio Sésamo. Aquella bodega Rioja que exporta la mitad de su producción al exterior me puso los pelos de punta. Un mundo nuevo, sugerente, lleno de aromas, vivo a los sentidos y fascinante. Así que envidié su paladar, sus conocimientos y sobre todo su amor por ese arte. Transmitía tanto, tanto...que me pregunté cómo podría ser el mundo si todos tuvisiésemos pasión por nuestra labor...
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