Hoy mis pacientes me han llamado:
Chata
Chiqui
Corazón
Prometo no haber comido una piruleta de corazón ni llevar trenzas para que me llamaran así. Mientras otras personas menos agradables decidían el futuro de mis pacientes jugando con otras palabras o simplemente jugando a apalabrados. Hoy es un día triste, no me compensa que mis pacientes me traten con cariño mientras los políticos ignoran la ciencia y el bienestar de las personas.
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