- ¿ Y no está la doctora Sara?
- ¿ Perdón?
- Sí, nuestra doctora.
- Yo soy Sara, José.
- ¿ Es usted?
- Sí, soy yo.
- Ay pues yo pensaba que era más rubia.
- Bueno llevo el pelo recogido.
- Y también más alta.
- Pues de verdad que mido lo mismo hoy que ayer.
- Ah, pues no la conocía.
- No se preocupe, está bien.
_Ningún día es igual al anterior, no dejo de asombrarme.
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