Odio que la gente no tenga esperanza en que el mundo puede ser mejor, en que sus vidas pueden ser un poco mejores. Odio que la gente se ponga límites que no existen pero sobre todo odio no ser capaz de encender la chispa del cambio. Odio la respuesta de la gente que lleva media vida vivida, como si las cosas tuvieran que empezar y terminar de la misma manera. Desearía poder regalarles esperanza, fe, amor y susurrarles al oído Awake my soul como Mumford & Sons me susurra a mí, al fin y al cabo, la gracia sigue cerca.
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