- Hola, buenos días.
- Mi mamá viene porque voy a tener un hermano.
- ¿ Ah, sí?
- Sí, porque se lo pedí a los reyes magos.
- ¿ Lo pusiste en la carta?
- Siiiiii.
- ¿Y funcionó?
- Siiiii.
- Qué rapidez la de los Reyes Magos, ¿ y pediste niño o niña?
- Niño pero mamá dice que los Reyes no siempre aciertan.
- A ver aciertan porque te han traído al hermanito pero no siempre pueden traer todo, todo,todo.....
- Ya....
Entonces toca la barriga a su madre para asegurarse que la personita que viene en camino cumple con sus deseos. Bendita inocencia.
miércoles, enero 30, 2013
sábado, enero 26, 2013
Indonesia.
( Me encanta ver un lector desde Indonesia y saber quien es. Aunque es más divertido skypear con la dulce pareja de As que están en nuestras vidas)
Amor, amor.
Sala de espera, atestada. Salgo a llamar a los pacientes. Veo entonces a una pareja que roza los ochenta. Son jóvenes. Al ir citando los nombres, cito al hombre que se levanta. Se acerca y le pregunto donde está su mujer. El hombre responde que está un poco más atrás y que también está citada. Así que le digo que deben pasar juntos y el hombre dice que no importa. Y ni corta ni perezosa, le respondo que un poco de amor no sobra en la vida al estilo de programa rosa de la tele....Ahí empieza mi ristra de frases poco afortunadas en medio de una sala de espera llena....Todo porque el hombre me dice que amor, amor no hay....Tratando de suavizar un poco el tema, digo que algo tiene que quedar de compartir la vida, que no pasa nada por poner un poco de color a la existencia y yo que sé qué más dije por esta boquita mía....
Todo esto para saber que el hombre y su mujer, se han arrejuntado de mayores, el matrimonio como que no por si acaso se quedan sin pensión y que se llevan bien pero amor, lo que se dice amor, no hay. Lo suyo es una convivencia consentida. La señora me explica que los hombres no se arreglan nada bien solos, no saben que hacer, ¿me entiende usted?. Siempre me fascina como las señoras hacen este tipo de aseveraciones sin pestañear. Por supuesto, estoy encantada con la conversación, ¿ a quién le importa la medicina cuando tienes el Hola enfrente de la mesa?. Le digo a la señora que seguro que baja la basura por la noche, entonces ya me dice que eso si, eso está bien porque hace mucho frío. Ya y también pondrá la mesa. Sí, pone y quita la mesa. El hombre zanja el tema con una frase clara, nos entendemos bien. Y sonrío, mi momento de reina de corazón se acabó por hoy.
Todo esto para saber que el hombre y su mujer, se han arrejuntado de mayores, el matrimonio como que no por si acaso se quedan sin pensión y que se llevan bien pero amor, lo que se dice amor, no hay. Lo suyo es una convivencia consentida. La señora me explica que los hombres no se arreglan nada bien solos, no saben que hacer, ¿me entiende usted?. Siempre me fascina como las señoras hacen este tipo de aseveraciones sin pestañear. Por supuesto, estoy encantada con la conversación, ¿ a quién le importa la medicina cuando tienes el Hola enfrente de la mesa?. Le digo a la señora que seguro que baja la basura por la noche, entonces ya me dice que eso si, eso está bien porque hace mucho frío. Ya y también pondrá la mesa. Sí, pone y quita la mesa. El hombre zanja el tema con una frase clara, nos entendemos bien. Y sonrío, mi momento de reina de corazón se acabó por hoy.
viernes, enero 25, 2013
Awake my soul.
Odio que la gente no tenga esperanza en que el mundo puede ser mejor, en que sus vidas pueden ser un poco mejores. Odio que la gente se ponga límites que no existen pero sobre todo odio no ser capaz de encender la chispa del cambio. Odio la respuesta de la gente que lleva media vida vivida, como si las cosas tuvieran que empezar y terminar de la misma manera. Desearía poder regalarles esperanza, fe, amor y susurrarles al oído Awake my soul como Mumford & Sons me susurra a mí, al fin y al cabo, la gracia sigue cerca.
viernes, enero 18, 2013
Buenas noches.
Hoy mientras cierro las contras de la ventana, pienso en algunas de las personas que he atendido estos días. Pienso en la señora que le ha subido la tensión por tener a su hijo en paro. Pienso en la adolescente que le duele la cabeza aunque no le duele el tatuado de su piel. Pienso en la mujer embarazada que toca su barriga con cariño, en la pareja que se va a casar y en la chica que me mira con suspicacia por si su novio no es quien dice ser...Pienso en el hombre que esta noche seguirá durmiendo en una cama de cuidades intensivos, en los que duermen con la mosca detrás de la oreja sospechando que el mañana no traerá buenas noticias y hoy les deseo a todos ellos buenas noches, hasta mañana.
lunes, enero 14, 2013
domingo, enero 06, 2013
Reyes
Camino por la calle hasta la oficina de Correos, recojo un paquete a mi nombre y no puedo por menos que sonreír, me encanta el origen, me encanta que las cartas cojan un avión, pasen por manos y manos hasta llegar a las mías. Voy a salir de la oficina cuando lo digo: Que le traigan muchas cosas los Reyes. La buena señora me mira como si fuera un dinosaurio saliendo del metro y me responde: Ojalá, lo mismo. A mí ya me han traído muchas cosas buenas. Al menos que te traigan un buen día, muchas gracias estoy teniendo un día estupendo.
Salgo a la calle, el sol reina por Fuencarral mientras la impaciencia no puede hacer que espere a abrir mi paquete. Así que voy descubriendo paso a paso todo lo que hay mientras creo que todos los viandantes me envidian por tener un paquete en mis manos. Veo a una de esas mujeres ancianas que admiro con abrigo de piel y bolso negro con el cierre dorado en horquilla. Le sonrío y la mujer me pregunta si me van a traer muchas cosas los Reyes. Espero que sí, de momento me han traído un sol hermoso para usted.
Cruzo la calle para ver un árbol de Navidad en una de esas cristaleras antiguas con bolas rojas. Sé que es una buena señal, los árboles siempre son especiales aunque estén secuestrados en un edificio. Voy hacia el mercado bautizado iglú para preparar la comida de hoy, de puesto en puesto, escuchando distintos idiomas, buscando el puesto adecuado. El chico que está a mi lado compra pavo y estoy tentada a decirle que no lo compre, que siempre sale muy seco, que hay mejores opciones pero al final me contengo, no sé si es porque ambos compartimos canas incipientes o porque no quiero arruinarle la venta al carnicero. Salgo para comprar algo de fruta, naranjas para el pastel de chocolate y manzanas para el puré, sí, soy muy predecible pero hay cosas que me encantan. Así que vuelvo con prisa a casa para cocinar sopa de pescado como si fuera Babette, dejo todo a medio hacer porque hoy, hoy toca soñar, así que convenzo a un taxista para que callejee por Madrid para dejarme cerca del Thyssen, tras unas vueltas, llego a su puerta para saludar a Canaletto y compañía. Justo a tiempo para salir y escuchar a los chicos del coro antes de disfrutar de un té en buena compañía. Contando los minutos para que llegue la media noche para así poder abrir mi regalo. Queda una hora para las 12 por lo que ni corta ni perezosa, empiezo a hacer uno de esos pasteles experimentos que ojalá sirva para chuparse los dedos. Y sí, suena el reloj pero porque el pastel ya se hizo y sin ser la Cenicienta, no me olvido un zapato sino que encuentro un paquete de color donde aparece un libro de Lamott. Y sí, es un día perfecto de Reyes, no puedo pedir más.
Salgo a la calle, el sol reina por Fuencarral mientras la impaciencia no puede hacer que espere a abrir mi paquete. Así que voy descubriendo paso a paso todo lo que hay mientras creo que todos los viandantes me envidian por tener un paquete en mis manos. Veo a una de esas mujeres ancianas que admiro con abrigo de piel y bolso negro con el cierre dorado en horquilla. Le sonrío y la mujer me pregunta si me van a traer muchas cosas los Reyes. Espero que sí, de momento me han traído un sol hermoso para usted.
Cruzo la calle para ver un árbol de Navidad en una de esas cristaleras antiguas con bolas rojas. Sé que es una buena señal, los árboles siempre son especiales aunque estén secuestrados en un edificio. Voy hacia el mercado bautizado iglú para preparar la comida de hoy, de puesto en puesto, escuchando distintos idiomas, buscando el puesto adecuado. El chico que está a mi lado compra pavo y estoy tentada a decirle que no lo compre, que siempre sale muy seco, que hay mejores opciones pero al final me contengo, no sé si es porque ambos compartimos canas incipientes o porque no quiero arruinarle la venta al carnicero. Salgo para comprar algo de fruta, naranjas para el pastel de chocolate y manzanas para el puré, sí, soy muy predecible pero hay cosas que me encantan. Así que vuelvo con prisa a casa para cocinar sopa de pescado como si fuera Babette, dejo todo a medio hacer porque hoy, hoy toca soñar, así que convenzo a un taxista para que callejee por Madrid para dejarme cerca del Thyssen, tras unas vueltas, llego a su puerta para saludar a Canaletto y compañía. Justo a tiempo para salir y escuchar a los chicos del coro antes de disfrutar de un té en buena compañía. Contando los minutos para que llegue la media noche para así poder abrir mi regalo. Queda una hora para las 12 por lo que ni corta ni perezosa, empiezo a hacer uno de esos pasteles experimentos que ojalá sirva para chuparse los dedos. Y sí, suena el reloj pero porque el pastel ya se hizo y sin ser la Cenicienta, no me olvido un zapato sino que encuentro un paquete de color donde aparece un libro de Lamott. Y sí, es un día perfecto de Reyes, no puedo pedir más.
jueves, enero 03, 2013
Risitas.
- Vengo a por risitas.
- ¿Disculpe?.
- Risitas.
- No le estoy entendiendo.
- Sí, risitas porque no tengo pastillas.
- ¿Recetas?.
- Sí, risitas.
- Ah, entiendo...
_La risa no tiene precio, la cara de tonta que se me quedó al pedirme alguien risitas tampoco.
- ¿Disculpe?.
- Risitas.
- No le estoy entendiendo.
- Sí, risitas porque no tengo pastillas.
- ¿Recetas?.
- Sí, risitas.
- Ah, entiendo...
_La risa no tiene precio, la cara de tonta que se me quedó al pedirme alguien risitas tampoco.
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