jueves, noviembre 30, 2006

Piedras.

Tiene cuarenta y pocos años. Parece estar bien, consulta por molestias vagas que relata preocupado.

- Pero esto se puede saber lo que es. Mi mujer me ha dicho que venga por si acaso.
- Sí claro con los análisis necesarios, se puede averiguar.
- Bueno resulta...que....hace unos pocos días estuve con una prostituta y ...
( ¿ Qué me estás contando?)
-...bueno pues...no usé preservativo...
( En fin....)
-...Sabe que estuve un mes sin estar en mi casa y claro...
( ¿ Estás buscando algo de empatía o complicidad en mí persona??)
- ...Yo siempre uso protección, sabe...
( No, no lo sé y me parece totalmente insensato )
- ...y claro puede que tenga una de esas enfermedades de...
( Sí, puedes tener cualquier cosa y comienzo a ponerle apelativos peyorativos en mi mente).
-...¿ vénereas?...
- Sí puede tener una enfermedad de transmisión sexual ( pronuncio todas las sílabas de forma clara) si no usa preservativo. Eso no lo podemos saber con los análisis que hacemos de forma urgente, no se puede descartar.
- ..Ya pero no será nada...porque lo he comentado y me han contado unas cosas.
( Seguro que a tu mujer no se lo has contado, ¿ verdad?. Qué pena me das).

Suena el teléfono del paciente mientras le exploro, un conocido, coge el teléfono sin el menor reparo:
- Sí ya salgo ahora, me está viendo la enfermera...
( ¿¿¿Qué???, no me importa que me confundan con la enfermera de forma habitual pero en este tipo me saca del hígado. Sigo poniendole adjetivos poco agradables en mi cabeza).

Le juzgué, no pude evitarlo. No le dije nada pero lo pensé. Mi trabajo no es juzgar a la gente, no suelo hacerlo en la cosulta pero el hecho que buscase mi complicidad me produjó un rechazo intenso. No me justifica, le acusé de un montón de cosas malas que son ciertas. No merece mi compasión. Pero eso son mingurias cuando uno piensa en el carnaval interior, que bien describe C.S. Lewis en unos de sus libros...Empieza por el egocentrismo y todo el resto se desploma como en una reacción en cadena. En la misma situación que yo, un carpintero mostró compasión verdadera y dijo "Vete, pero no peques más", le dió gracia a la protagonista. Pero lo sorprendente es ver como esa gracia es la misma que recibo yo, solo que yo teniendo la oportunidad de extender esas palabras solo quise levantar una piedra....¿ por qué es tan difícil aprender la lección?....

lunes, noviembre 27, 2006

La selva.

Fue un encuentro fortuito. Estaba ahí, sentado en una silla respondiendo a preguntas íntimas con una dignidad fuera de lo común. Me crucé con el enfermero por el pasillo y me pidió ayuda; entré en la sala de triaje y encontré a un hombre envejecido prematuramente.
Con voz serena me dijo que vivía en una chabola, a unos cinco kilómetros del hospital. Había venido andando porque no se encontraba bien. Tenía fiebre y una enfermedad poco frecuente. Le pregunté si había comido hoy, me dijo que había comido en el comedor social. Puse cara de incredulidad sin exhalar ni un suspiro, " No, no se equivoque nos dan bien de comer, de verdad". Le pregunté si bebía alcohol, " no bebo ni gota desde que me diagnosticaron la enfermedad". Bien, le haremos algunas pruebas para ver como podemos ayudarle. Sonrío agradecido...y me tocó su educación, su voz y su temple. La selva no está tan lejos. Sigue aquí sin Amazonas pero llena de brutalidad y belleza por igual. Ojalá nunca lo olvide.

viernes, noviembre 24, 2006

Sumas y Restas.

Voy hacia mi casa después de trabajar, la calle no está especialmente concurrida. Estoy en la acera de mi edificio cuando veo un libro de texto tirado en el suelo. Me agacho, lo recojo y leo " Sumas y Restas 4º". El libro está forrado y tiene una pegatina clara que pone Elsa F 4ºC. Me quedó unos minutos dubitativa, no hay nadie más por la acera y menos alguien de menos de 1.30m. Subo a casa con el libro. Lo abro y está lleno de B escritas en boli rojo sobre las cuentas resueltas, se ven algunos borrones de goma y medio libro vacío.

Pienso en Elsa, en si odiará las matemáticas o si habrá descubierto lo maravilloso que es leer. El libro no pone ningún teléfono de contacto o dirección. Decido devolverlo al colegio que hay en el último número de mi calle, creo que es lo que debo hacer. Cojo un post-it y escribo una pequeña nota para ella, cuatro líneas deseando que las sumas y las restas le permitan descubrir un mundo fascinante ( que ojalá ningún profesor se encarge de borrar, eso no se lo dije pero lo pensé). Bajo a la calle, dejo el libro en el buzón del colegio deseando que alguien lo abra.

De vuelta a casa, veo dos vagabundos durmiendo en un portal. Pensé en si alguna vez tuvieron una madre que forró sus libros y puso una etiqueta con su nombre, pensé en lo difícil que debe ser vagar sin rumbo día a día con la máxima aspiración de dormir en algún sitio sin que nadie te moleste.

Pensé en el potencial de Elsa y en los estímulos que puede recibir para acabar teniendo una vida plena o una vida miserable...porque quizás en el fondo la vida está llena de sumas y restas en las que a cada uno le toca de más o de menos pero en las que debemos sumar amor y posibilidades a todos aquellos que tengamos a lado porque hay demasiada gente dispuesta a restar...


Foto: Ong brasileña Faça Parte. "Quando você faz o que sabe fazer, sua ajuda se multiplica."

domingo, noviembre 19, 2006

Seis letras.

Esta semana he pensado, mas bien la he visto de cerca, en la muerte y en lo que esa palabra significa. Parece mentira que seis letras nos provoquen tanto rechazo. No es un tema fácil pero no, por el hecho de ignorarlo, dejará de existir. Nunca vamos a estar preparados para pasar el trance en primera o en última persona. Siempre tendremos temor y dudas al respecto. Sin embargo no pensar en ella, es el mayor error que podemos cometer. Si sabemos que todo tiene un final, podremos aprender a enfocar nuestras fuerzas hacia ciertos objetivos. Eso nos enseñará a restar importancia a lo que no lo tiene; esta mañana alguien se quejó de como una señora se colaba en una cola de una tienda...¿ no es absurdo perder la compostura por esa tontería un domingo?...
Por otro lado la gente tiene unas expectativas irreales acerca de la salud. Quieren pensar que lo malo les ocurre a otros. " Con lo avanzada que está la ciencia", mentira cochina, hoy nos morimos de otras cosas pero seguimos llenando cementerios. Muchas veces mentimos para que el protagonista no llegue a saber nunca lo que le sucede, lo cual es cruel. Hoy la verdad acerca de este tema, está ausente pero solo si pensamos un poco en ello podremos vivir con intensidad. Podremos ser auténticos y podremos aprender a acabar cada día con la sensación de haber celebrado un día más de vida, a veces agridulce, a veces maravillosa pero un día más.





Foto: Post Secret, esta semana, lo suscribo en su totalidad.

miércoles, noviembre 08, 2006

Amor y demencia.


Foto: Post Secret.


De alguna forma u otra tenía que escribir este post. He visto muchas personas con demencia y hay algo que me sigue intrigando...sus caras ausentes, su mente vacía, nuestras palabras sin contenido...Un mundo totalmente nuevo que a nadie interesa ya.
En ese pequeño mundo hay un puñado de personas que siguen integrando en ese ser extraño una serie de recuerdos, una voz dulce, una mano cercana, una madre honesta, un padre sabio, una persona digna de atención y amor. Esos cónyuges que siguen allí, sin marcharse, deseando ser sus manos...siendo los que acercan la cuchara cuando el resto hemos perdido la fe, cambiando los pañales, hablando de lo que ocurre en el día a día...si sigue gobernando "tacones" o Suárez...si los chicos se han ido a la playa. Son ellos, los que compartieron toda una vida y quieren seguir compartiendola, ellos que siguen teniendo paciencia, ternura y humanidad. Son ellos de los que nadie habla, los que sufren cada retroceso y crean puentes donde los demás ya nos los vemos.

Mi generación ha perdido su lección. Nos entretenemos con cosas varias pero nunca hemos aprendido de su ejemplo. Ese sentido de libre pertenencia que es suficientemente libre para no verse atado aunque le duelan los huesos cada vez que tiene que mover a esa persona amada. De eso no hablamos ya...nos suena pasado eso de " en la salud y en la enfermedad"...No entendemos del tema, nos ponemos excusas y evitamos pensar en las tragedias que acompañan cada comedia. Al fin y al cabo, la pérdida de recuerdos tiene poco que ver nosotros, nuestra memoria sigue intacta esperando que las neuronas sigan haciendo su trabajo sin procesar palabras como "hasta que la muerte nos separe"...Ay, qué osados somos, qué necios parecemos cuando hablo con ellos...No hemos entendido qué es todo esto del amor, no sabemos de qué hablamos...Por eso, todas esas personas anónimas que hablan conmigo en la fría habitación de un hospital cualquiera, merecen mi admiración, mis palabras más dulces, mi sonrisa más cálida porque ellos saben bien lo cruel que puede llegar a ser la vida y lo necesario que es saber amar.

A todos ellos, gracias.