sábado, agosto 17, 2013

Sanidad universal.

Son pequeñas gotas aquí y allá. No son suficientes para llamar la atención del público general pero existen. Sus historias son todas tan parecidas que te preguntas si son mellizos. Vinieron a España hace más de 10 años, hicieron todo tipo de trabajos, con contrato y sin contrato. Tras un par de años solos, trajeron a sus esposas e hijos a un falso dorado. Los años de bonanza terminaron, los trabajos también. Se acabó el paro y se acabó la prestación de 400 euros. Nadie de preocupó porque sus jefes pagaran la cotización a la seguridad social, nadie hizo inspecciones de trabajo aunque claro después de ver como la corrupción salpica a los principales partidos, no sorprende.

Los políticos han decidido hace un año que no tienen derecho a asistencia médica reglada. Solo urgencias. Se supone que sus enfermedades previas a Septiembre 2012 deberían ser atendidas pero eso es tan relativo como borrar un historial electrónico del ordenador. ¿ Quién se va a enterar, cómo van a reclamar y a quién?. Todo esto se suma a la vergüenza de no poder dar de comer a tu familia y todo esto acaba en mi consulta. Desgraciadamente no termina en el despacho de la ministra de sanidad quien fomentó estas leyes. No es ella la que ve sus caras, la que entiende la frustración, el miedo y sobre todo el estar enfermo sin poder ir al médico. Es una ley terrible, injusta y mala. Mala para todos, no solo para los que la sufren, para el resto porque nos hace peores. Y por supuesto, yo no voy a obedecer, yo voy a seguir tratándolos, a ellos, a sus esposas, a quienes lo necesiten. Mi lealtad la tienen los pacientes, no los gobernantes.

miércoles, agosto 14, 2013

Pensando.

Hoy sin ser ni muy simpática, ni muy seca, ni muy triste, ni muy alegre, una paciente me dijo que nunca había ido al médico y le habían tratado tan bien. Me apenó, ¿ tan malos somos?.

martes, agosto 13, 2013

Nombres.

Solo me sé los nombres de los pacientes que están malos, muy malos. Si no te pasa grave, no recordaré tu nombre, recordaré tu historia pero no tu nombre. Llevo pocos meses trabajando en este sitio así que tuve que poner el contador de nombres a cero, se acabaron Eulogia, Pablo, Carmen, José y Pedro, ya no seré su médico. Siento que estén tan malos pero ya no les ayudaré, no les consolaré y afortunadamente tampoco veré como empeoran. Lo siento, ser suplente es un asco para ustedes y para mí. Así que en mi nuevo contador tuve que empezar a aprender nombres nuevos, son solo seis nombres a aprender pero con mi lentitud habitual solo me se cuatro de esos nombres.

Esta semana llamé por teléfono para ver como iba uno de esos nombres, habíamos hablado hace 4 días y cuando llamé ya no existía ese nombre. Siempre me peleo con esa palabra. Mi paciente había muerto en paz mientras dormía. Muerto, cuanto odio esa palabra, la odio. Parece que decirla, te borra de la faz de la tierra y no es cierto. Mi paciente sigue vivo para su familia, para mí que recuerdo las bromas que me hacía en su casa. Hoy mientras intentaba pasar página, acudió su hija para agradecerme el trato recibido. Sé que mi padre hubiera querido que me acercara a darle las gracias. Nos dimos los dos besos de rigor y lo dije, su padre era encantador. Su padre con su nombre y apellidos seguirá vivo en nosotros. Lo sé, respondió emocionada la hija, lo sé.

Descanse en eterna paz, no más llanto, no más dolor.

miércoles, junio 05, 2013

Estatuas del metro.

Son pocas las veces que todo me parece igual, cotidiano quizás. Pocas veces en las que me pregunto si ese momento no ha existido ya, esa persona, ese lugar. Camino al trabajo había un hombre calvo, cogía el mismo metro en la misma estación todas las tardes. Se bajaba dos paradas antes que la mía y habitualmente iba de pie aunque hubiera espacio donde sentarse. Cazadora blanca con rayas negras y rojas durante todo el invierno. Nunca sonreía, parecía in pasivo a todo lo que le rodeaba. Le miraba con curiosidad para ver si había algo de humanidad en él aunque fuera usar un pañuelo de papel pero nada, nada de nada. Es cierto que no es necesario que todo el mundo lleve mi bolso de Mary Poppins con todo tipo de artilugios pero un poco de emoción...un suspiro, una mirada al móvil, una sonrisa....aunque quizás la gente como él son los que nos ponen los pies sobre la tierra a la gente como yo....

martes, mayo 21, 2013

Ella.

Es un día tranquilo que pasa volando entre atender a pacientes y explicarle a la estudiante las cosas básicas. Estamos cerca ya de las 2 de la tarde cuando salimos a visitar a una anciana que necesita revisar algunos de sus problemas de salud. Al llegar nos dice la familia que lleva esperándonos desde las 7 de la mañana...Larga espera...La familia nos cuenta que se ha arreglado porque sabía que íbamos a verla. Está hecha un pincel con un traje de falda chaqueta, zapatos rojos a juego con las líneas de la ropa y pendientes de perla. Es muy guapa, los 90 años no son el problema sino la actitud y ella es una mujer muy hermosa. Vamos interrogándola, nos dice varias veces que lo que le molesta son las rodillas así que ajustamos los analgésicos y antes de irnos, nos da las gracias. Nos coge de las dos manos, nos mira a los ojos y nos dice que somos muy guapas. Nos mira con esa ternura que solo da la edad y sonreímos. Además de eso, nos invita a un plato de lentejas, una coca-cola o lo que nos apetezca, deben tener ya hambre nos dice con cariño. Agradecemos la invitación y salimos de esa casa, la estudiante se queda maravillada de lo buena que pueda ser la gente y asiento, hay gente maravillosa.

miércoles, abril 10, 2013

Paréntesis.

(Sexto vuelo en menos de un mes, sigo viajando aunque las direcciones se han modificado. Al sentarme no recordaba si había elegido la butaca adecuada para ver el mar pero al sobrevolar Paris borrado por las nubes, pensé que porqué preocuparse con esta meteorología primaveral que nos acompaña. Escribo a no sé cuantos pies de altitud y empiezo a ver la costa francesa, butaca correcta. Línea recta que parece rozar el infinito, una línea de playa sin fin y mínimas ondulaciones. Se ven las olas llegar a las costa y pocas casas en esa línea.  Las montañas están cerca pero hoy las nubes no me dejan ver si aún queda algo de nieve. Me gusta, me gusta la vista, el mirar de frente hacia al mar preguntando al futuro que nos traerá o quizás que no nos traerá. Los quehaceres diarios parecen ajenos, no parece que existan seres humanos ahí abajo. Esto es hermoso, muy hermoso)


viernes, marzo 08, 2013

El Ratoncito Pérez.

- Hola, ¿podría hablar con el Ratoncito Pérez?
- No, está trabajando pero yo soy su madre la Ratona Pérez, ¿ qué quiere?.
- Hola, soy la doctora. Necesitaba hablar con su hijo.
- ¿ Le pasa algo malo a mi Ratoncito?.
- No, es grave pero necesito habar con él.
- ¿ Y no me lo puede decir?.
- No, la ley de confidencialidad me lo prohibe. ¿ Puede darme su teléfono?.
- Sí, un momento. El número es: ajk.ztl.myo
- Muchas gracias.

- Hola, quisiera hablar con el Ratoncito Pérez.
- Sí, soy yo.
- Hola, soy la doctora. Le llamo porque estuvo usted esta tarde en la consulta.
- Sí.
- Resulta que se olvidó la cartera.
- ¿ Ah sí?.
- Yo pensaba que me la había dejado en casa.
- Pues no, se lo dejó en la silla de mi consulta.
- Ay, menos mal.
- Puede venir a buscarla cuando quiera. Lo único que su madre se quedó preocupada porque la llamé a ella primero.
- Ay, madre, pues ahora no va a haber quien le quite el miedo del cuerpo. Bueno la llamaré porque sino va a pensar que me pasa algo malo. De paso ya que me está llamando, sigo con tos.
- Ya, Ratoncito Pérez, es normal. La tos dura una media de 17 días. No se cae tan rápido como los dientes.
- ¿ Seguro?.
- Sí, seguro.
- Bueno, si sigo tosiendo, volveré porque yo no puedo toser porque sino no puedo trabajar.
- Ratoncito, que yo no le voy a dar la baja con todos esos niños que le adoran.
- Haré lo que pueda pero ya sabe que  estamos en temporada alta de dientes.
- Bueno pues semana de gripes y dientes para todos, ánimo que ya es viernes.
- Gracias, adios doctora.
- Adiós, Ratoncito Pérez.