- Hola, ¿podría hablar con el Ratoncito Pérez?
- No, está trabajando pero yo soy su madre la Ratona Pérez, ¿ qué quiere?.
- Hola, soy la doctora. Necesitaba hablar con su hijo.
- ¿ Le pasa algo malo a mi Ratoncito?.
- No, es grave pero necesito habar con él.
- ¿ Y no me lo puede decir?.
- No, la ley de confidencialidad me lo prohibe. ¿ Puede darme su teléfono?.
- Sí, un momento. El número es: ajk.ztl.myo
- Muchas gracias.
- Hola, quisiera hablar con el Ratoncito Pérez.
- Sí, soy yo.
- Hola, soy la doctora. Le llamo porque estuvo usted esta tarde en la consulta.
- Sí.
- Resulta que se olvidó la cartera.
- ¿ Ah sí?.
- Yo pensaba que me la había dejado en casa.
- Pues no, se lo dejó en la silla de mi consulta.
- Ay, menos mal.
- Puede venir a buscarla cuando quiera. Lo único que su madre se quedó preocupada porque la llamé a ella primero.
- Ay, madre, pues ahora no va a haber quien le quite el miedo del cuerpo. Bueno la llamaré porque sino va a pensar que me pasa algo malo. De paso ya que me está llamando, sigo con tos.
- Ya, Ratoncito Pérez, es normal. La tos dura una media de 17 días. No se cae tan rápido como los dientes.
- ¿ Seguro?.
- Sí, seguro.
- Bueno, si sigo tosiendo, volveré porque yo no puedo toser porque sino no puedo trabajar.
- Ratoncito, que yo no le voy a dar la baja con todos esos niños que le adoran.
- Haré lo que pueda pero ya sabe que estamos en temporada alta de dientes.
- Bueno pues semana de gripes y dientes para todos, ánimo que ya es viernes.
- Gracias, adios doctora.
- Adiós, Ratoncito Pérez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario