Pienso en Elsa, en si odiará las matemáticas o si habrá descubierto lo maravilloso que es leer. El libro no pone ningún teléfono de contacto o dirección. Decido devolverlo al colegio que hay en el último número de mi calle, creo que es lo que debo hacer. Cojo un post-it y escribo una pequeña nota para ella, cuatro líneas deseando que las sumas y las restas le permitan descubrir un mundo fascinante ( que ojalá ningún profesor se encarge de borrar, eso no se lo dije pero lo pensé). Bajo a la calle, dejo el libro en el buzón del colegio deseando que alguien lo abra.
De vuelta a casa, veo dos vagabundos durmiendo en un portal. Pensé en si alguna vez tuvieron una madre que forró sus libros y puso una etiqueta con su nombre, pensé en lo difícil que debe ser vagar sin rumbo día a día con la máxima aspiración de dormir en algún sitio sin que nadie te moleste.
Pensé en el potencial de Elsa y en los estímulos que puede recibir para acabar teniendo una vida plena o una vida miserable...porque quizás en el fondo la vida está llena de sumas y restas en las que a cada uno le toca de más o de menos pero en las que debemos sumar amor y posibilidades a todos aquellos que tengamos a lado porque hay demasiada gente dispuesta a restar...
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Foto: Ong brasileña Faça Parte. "Quando você faz o que sabe fazer, sua ajuda se multiplica."
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