lunes, agosto 14, 2006

Hacia adelante.

Fue extraño. Por una vez me senté junto a la cabina del conductor. El tren hizo su primera parada cuando subió una madre acompañada por un niño y el carrito de la compra. El niño tendría 9 años, bastante alto y de ojos claros, e hizo algo poco predecible. Se acercó a la cabina del conductor y se quedó mirando al maquinista. Parecía petrificado, no movió la vista en todo el trayecto...Tenía sus manos pegadas al cristal para obtener una imagen más nítida a través de esos cristales opacos.
Cuando llegamos al destino final, el tren paró con esa sensación de contramovimiento tan peculiar...El niño no se movió hasta que estuvimos totalmente parados, luego se dió la vuelta y sin mediar palabra volvió junto a su madre que tampoco hizo comentario alguno.

Me hizo pensar en aquellos que siempre miran hacia adelante...en todos aquellos que se colocan detrás del maquinista esperando que este les lleve a su destino...Me llamó la atención su capacidad de análisis y su naturalidad...Mirar hacia adelante, ver los detalles de la cabina y hacer que algo tan cotidiano,se vuelva tan especial...en el fondo, me hubiese gustado poder verlo a través de sus ojos pero no tuve la valentía de ponerme a su lado y ver el viaje hacia adelante...Porque, al fin y al cabo, de todos los ocupantes del tren, él fue el único que viajó aquella mañana...

3 comentarios:

Lafriky dijo...

Si a mi me gustaria haberlo visto desde sus propios ojos, estar dentro de él, leer sus pensamientos,...Volver a sentir y pensar cuando tienes 9 años esa forma de ver la vida.

Anónimo dijo...

Creo que aquel dia todos viajasteis. Unos de forma mas consciente que otros, fijandose mas, disfrutando y aprendiendo durante el trayecto.
Cuantos paralelismos de la vida misma. Que triste que a menudo pasen los dias sin pensar..., claro que hay demasiadas distracciones para reflexionar en lo que pasa a nuestro alrededor. Y sin darle mayor importancia seguimos viajando, sin fijarnos en las senales y estaciones y mucho menos en aquel que guia nuestras vidas hacia su destino eterno.

Un beso con carino.

Roberto de Bath

Sara. dijo...

Gracias Roberto,tienes razón en tus palabras. Muchas gracias por el libro,inspira a seguir del lado de quien nos guía. Lamento no haberos visto en persona, me alegro mucho de los cambios que Miriam tiene por delante...es estupendo. Un abrazo a todos y gracias por el libro y las especias.