domingo, agosto 29, 2010

Hipócrates.

A veces las frases más inesperadas llegan en los momentos más triviales. No sabes cómo o porqué alguien decide poner conciencia a tu trabajo diario. Lo hace con serenidad mientras juega con un llavero entre las manos. No debería estar sentado en ese lugar. No debería ser un paciente. La vida no debería ser de algunas formas pero lo es. Y él lo sabe, yo lo sé pero hay poco que podamos hacer. Poco. Y ambos somos conscientes. Y entonces él empieza a hablar, habla mirando a sus manos como un mero transmisor.Un transmisor de todos aquellos que se sientan o se han sentado en su lugar.

- No debe ser fácil estar en su lugar. Todos los días dando malas noticias porque lo que me ha dicho a mí no es precisamente bueno. No es su culpa pero no es bueno. No debe ser fácil escoger el Juramento Hipocrático y mantenerse humano entre tanta oscuridad.Escoger hacer el bien por encima de todo, ¿era eso lo que decía Hipócrates,no?.

Le miro atónita y asiento. No puedo abrir la boca. No tengo palabras.

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