Son las siete de la tarde de un día gris.... uno de esos días que nos recuerdan que el otoño está más cerca de lo deseado ( o no.... quiero tener la sensación de frío tras casi ocho meses de usar ropa de verano de forma continuada). La estación de tren está llena de turistas ya que normalmente el sábado no suele ser el día más concurrido del corredor Atlántico ( A Coruña- Vigo), compro mi billete y subo al tren sin prestar mucha atención.
Me siento cuando veo a una mujer rodeada de cinco niños entre 15 y 3 años con ella...... Los veo a todos ellos bien distintos y tengo la sensación de que proceden de una casa de acogida. Me siento culpable, hay más posibilidades que esa...... Sin embargo los niños llaman a la mujer por su nombre mientras comienzan a pelearse, a cambiarse de sitio, a correr en busca del lavabo.... es decir se comportan como niños. Una de las niñas se rebela a la educadora y lanza demasiados tacos por esa boquita de ocho años.... la consecuencia fue que se quedó castigada toda la semana pero afortunadamente no se salió la suya.
El viaje tuvo banda sonora y algunas frases agridulces..... uno de los niños mayores ( unos 12 años) comenta que el niño rubito de 3 años y con cara de pillo, va a ser adoptado.... los otros niños preguntan, con tono de pena y envidia, a la educadora quien dice que antes de empezar el curso será adoptado. Todos se quedan callados con cierto recelo y comentan que tienen que sacar una foto de todos los que están en el " hogar"....... El niño de tres años iba con un hermano más mayor ( que no será adoptado) con el pelo oscuro, así que una de las niñas le pregunta: " ¿ Cómo tenían el pelo tus padres para que uno sea rubio y otro moreno?".....los niños se quedan callados y la educadora dice que ellos no conocen a sus padres.......... El niño rubito atrae los mimos y las miradas, me llama la atención la protección con la que lo tratan los otros niños.... probablemente le quieran un poco.
Después de casi una hora, estoy llegando a mi destino. Los niños siguen moviendose cuando se acerca un hombre de unos 30 años, que se levanta de su asiento, para decirle a la educadora: " Os podéis estar callados, el tren no es una guardería". La educadora pide disculpas y el hombre se sienta todo serio. Los niños se quedan estupefactos y se miran......Mientras yo me quedo callada y no digo nada.
No digo lo que pienso: este tipo me parece un déspota que seguro que se cree un " buen ciudadano" pero que le molesta escuchar las voces de unos niños por una hora..... que si hubiese prestado atención, se le hubiese roto el corazón al ver como esos niños llevaban una vida mucho más dura que la que he tenido yo ( y probablemente él)....... Así que no fuí asertiva,no le dije a la educadora que valoraba su trabajo y que los niños se habían portado medianamente bien. No le dije al tipo de 30 tacos que si tuviese hijos, se hubiese callado la boca y que si hubiese tenido un poco más de humanidad les hubiera dedicado una sonrisa. No lo dije, debí haberlo hecho.
1 comentario:
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