jueves, mayo 17, 2007

X.

X tiene la misma edad que yo. X, lo es. Invible, inmigrante, sin papeles, ilegal. X es todo eso, carga con esas etiquetas desde que dejó el país del sol para cruzar el estrecho en una patera. X es uno de tantos, sin nombre, sin derechos, sin existencia.

Hace diez días X encontró una nueva etiqueta que poner sobre su espalda...Tuberculoso...Con este nombre a cuestas entró por la puerta de un hospital cualquiera. Estaba enfermo, X lo sabía. Recibió los diagnósticos con aplomo..El tratamiento comenzó a funcionar...Poco a poco fue mejorando, por una vez no iba a ser una de tantas tumbas que se cavan por culpa de esa maldita enfermedad...pero, en toda buena historia siempre hay un pero, con el paso de los días aparecieron las primeras quejas...no quiero estar aíslado....me aburro....no me gusta la comida...parecía que estar en el hospital era un cautiverio con atención médica gratuita, televisión 24 horas, libros en inglés y tres comidas calientes al día...Finalmente X se fue de alta con el tratamiento arreglado para 6 meses y cuatro euros donados por el Hospital para coger el autobus...X se ríe y dice que con cuatro euros no llega a ningún lado...

Hay cientos de X, cientos de personas en su situación pero no todos son como X.

Buscar las cosquillas a la bondad no da buenos resultados. La bondad no está sujeta a los caprichos, a las quejas...La bondad está por encima de todo eso....El sistema nacional de salud extiende, por una vez, un poco de gracia a un invisible sin lograr llegar a su alma...No es un fracaso, no es algo extraordinario, sucede todos los días pero el bien siempre gana...Gana con la conciencia de hacer lo debido aunque nadie lo perciba o agradezca...

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