02.47 am.

Tiene 4 años más que yo. Es joven. Es guapo. Tiene fiebre.
Nada fuera de lo normal. Así que empiezo a preguntar. Preguntas.
Y él empieza a responder. Respuestas.
Nada anormal. Nada hasta que llegamos al diagnóstico.
Y entonces es él quien empieza a hacer preguntas y soy yo quien se queda sin respuestas.
-Entonces, ¿ es posible que todo esto se deba a no tomar precauciones?.
-Sí es posible.
-¿Significa que mi pareja me contagió?
-Significa que tiene una enfermedad transmisible por vía sexual.
-Entonces, fue ella. No lo entiendo.
-...........( Llegado este punto, preferiría dedicarme a otra cosa).
-¿ Y debería decírselo?.
-¿ A usted le gustaría que se lo dijesen?.
-Supongo que sí...
-El aconsejarle a su pareja que se haga unos análisis es lo mínimo que podemos hacer por alguien, hay ciertas enfermedades que se curan si se pone el tratamiento necesario. Las dudas que esta situación le generen, son comprensibles. Todo depende de los valores sobre los que base su relación. De momento tengo una sospecha en una persona enferma,mi responsabilidad es darle el tratamiento para cubrir todas las posibilidades. Cual es el diagnóstico certero sólo lo dirá el laboratorio.
-Ya...
-Le daremos la primera dosis aquí y el resto lo realizará en casa, si la cosa no va bien tendrá que volver. Los resultados definitivos le llegarán a su médico.
-Vale.
-Además debería hacerse unos análisis para comprobar que no tiene otras enfermedades venéreas.
-De acuerdo.


Se acaba el vial de antibiótico, acude a mi consulta, se encuentra mejor. Le doy el informe. Me mira con esa cara, con la que desea que todo esto sólo haya sido un mal sueño, con la cara del miedo, con la cara de no entender nada...Es entonces que me mira a los ojos y de forma sincera me da las gracias...y odio ese momento, odio hacer sospechosos a ajenos desconocidos, odio esa sensación de romper ese algo que está ahí...y pienso que ojalá no estuvieses aquí...ojalá esa no fuese tu historia...