¿Y qué es vivir?, ¿ qué es vivir plenamente?, ¿ cómo se mide?, ¿ quién lo mide?, ¿ qué es lo que marcará el destino? Y no lo sé, no tengo respuesta. La gente responde con las respuestas programadas que hemos aprendido pero estoy aprendiendo a desaprender lo aprendido...Encuentro a auténticos perdedores felices de serlo, veo sonreír a personas con grandes problemas...veo a ancianos con demencia, veo a pacientes terminales, veo a personas enganchadas a una bombona de oxígeno...y los veo vivir, vivir...¿ Y me preguntas qué es vivir?...Vivir no es lo que esperas, vivir no es encontrar respuestas...vivir es levantarse cada mañana con preguntas recordando que hay una nueva mañana, una nueva oportunidad....y vivir es dar una nueva oportunidad al amor...un sincero qué tal, una mano sobre el hombro, un abrazo, escuchar y dar...dar aunque sea poco práctico, poner una canción aunque no sepas si la otra persona la entiende, preparar comida para indigentes, dar charlas sobre potabilización de agua, visitar a un enfermo...vivir es estar dispuesto a ser ese pan que es partido en favor de otros, que deja de ser para que otros aprendan a ser, a vivir...eso puede que sea vivir...
_a todos los que os hacéis preguntas y las compartís conmigo...gracias por enseñarme a vivir...
martes, junio 30, 2009
viernes, junio 26, 2009
Peñíscola.
Mi primer regalo como aspirante a médico de familia. Cada uno que extraiga sus propias conclusiones. Mi pregunta ha sido, ¿ me ven mis pacientes como una consumidora activa de pastis y por eso me regalan un pastillero?....La respuesta está en el aire o en Peñíscola, vaya usted a saber...Estoy agradecida por el gesto pero no paro de ver al pastillero con cara de incredulidad....
jueves, junio 25, 2009
Frío.
Es junio, junio. Tengo más frío que el resto del año. Un frío extraño. No la clase de frío que te hiela los pies, te pone las manos blancas o te hace tiritar. Es un frío artificial. Y es la clase de frío que detesto. Yo amo el invierno, amo la sensación de los jerseys con cuello vuelto, las bufandas, los guantes…todo eso, la sensación de la taza de té entre las manos…lo disfruto…El frío que paso en el trabajo no tiene nada que ver con mi frío…El frío del trabajo me hiela por dentro y por fuera, me cansa ese frío, me cansa mi piel de gallina, me cansa no entrar en calor...
sábado, junio 20, 2009
viernes, junio 19, 2009
La balanza.
Esta semana han tratado de chantajearme en dos ocasiones. Me han dicho que otros médicos lo hacen, yo no. Me han dicho que si hay un error, será culpa mía. Me han preguntado porqué no mejoran sus dolores, probablemente por no tomarse las pastillas. Ha sido cansado. Cansado. Me he dedicado un minuto a la queja y autocompasión, un minuto y listo. Y siempre que me encuentro cansada, hay algo...algo insignificante que levanta un poco mi espíritu...Hoy atendí a un paciente con demencia...Hice mi trabajo de forma habitual, le doy la mano para despedirme y me dice que soy muy guapa...Siempre me resulta reconfortante que alguien con demencia me diga que soy guapa, podría decir lo contrario pero no hay nada oculto en sus palabras...Así que le digo que se debe a que me ve con buenos ojos...y mirándome fijamente, me dice que siempre me ve con buenos ojos...Y sonrío, sonrío con agradecimiento....eso es gracia.
_gracias por darme esperanza, aunque ya no se acuerde, gracias.
_gracias por darme esperanza, aunque ya no se acuerde, gracias.
jueves, junio 11, 2009
Usted.
- Yo sólo quiero que le diga a mi hija cómo tiene que comportarse. Sólo eso. Usted es la doctora, tiene autoridad para hacerlo. Yo confío en eso, ella la va a escuchar. A mí no me escucha pero a usted sí.
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Y la pelota está en mi campo. Sin querer. Sin pretender. Y esa entrevista sigue en mi mente. Yo, yo. Yo sé que la gente hace lo que considera. Sé que si la gente escuchase a otros, habría menos conflictos, menos problemas, menos mal. Lo sé. Pero también sé que los seres humanos son impredecibles. Más de la mitad de mis pacientes no hacen lo que les indico. No toman las medicinas. No hacen los ejercicios. No lo hacen. Así que si no hacen cosas básicas, dudo que hagan otras cosas que tengan que ver con sus relaciones con otras personas.
Lo dudo mucho.
Así que cuando alguien dice algo como esto. Hay que escuchar la otra frase. La frase silenciosa, el yo quiero que los demás cambien. Quiero que los demás sean lo que yo quiero que sean. No dicen lo que les ha llevado a esta situación. Los meses previos, años anteriores no cuentan. Sólo cuenta el hoy. Hoy.
Y yo no soy la autoridad que ellos esperan que sea. No soy un padre, no soy un pastor, no lo soy. Yo sólo soy un par de oídos con bata blanca. Un par de oídos que aún están aprendiendo a vivir....a vivir en un mundo que no es previsible, en un mundo donde los aviones se caen, donde unas pocas células matan a personas buenas, donde hay que aprender a convivir con la frustración y el sufrimiento...un mundo caído...un mundo donde las personas son libres...donde la libertad nos hace vulnerables...Ahí, ahí es donde estoy aprendiendo a vivir...por eso, por eso no tengo muchas respuestas...y por eso, escucho mientras hago una oración...una simple oración...venga tu Reino, venga tu Reino...
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Y la pelota está en mi campo. Sin querer. Sin pretender. Y esa entrevista sigue en mi mente. Yo, yo. Yo sé que la gente hace lo que considera. Sé que si la gente escuchase a otros, habría menos conflictos, menos problemas, menos mal. Lo sé. Pero también sé que los seres humanos son impredecibles. Más de la mitad de mis pacientes no hacen lo que les indico. No toman las medicinas. No hacen los ejercicios. No lo hacen. Así que si no hacen cosas básicas, dudo que hagan otras cosas que tengan que ver con sus relaciones con otras personas.
Lo dudo mucho.
Así que cuando alguien dice algo como esto. Hay que escuchar la otra frase. La frase silenciosa, el yo quiero que los demás cambien. Quiero que los demás sean lo que yo quiero que sean. No dicen lo que les ha llevado a esta situación. Los meses previos, años anteriores no cuentan. Sólo cuenta el hoy. Hoy.
Y yo no soy la autoridad que ellos esperan que sea. No soy un padre, no soy un pastor, no lo soy. Yo sólo soy un par de oídos con bata blanca. Un par de oídos que aún están aprendiendo a vivir....a vivir en un mundo que no es previsible, en un mundo donde los aviones se caen, donde unas pocas células matan a personas buenas, donde hay que aprender a convivir con la frustración y el sufrimiento...un mundo caído...un mundo donde las personas son libres...donde la libertad nos hace vulnerables...Ahí, ahí es donde estoy aprendiendo a vivir...por eso, por eso no tengo muchas respuestas...y por eso, escucho mientras hago una oración...una simple oración...venga tu Reino, venga tu Reino...
martes, junio 09, 2009
Pecas.
Aún no sé bien que le ocurría. Un dolor al respirar, una tos, unos mocos, que sé yo. Acudía con un niño pecoso de unos 8 años. Ella no hablaba español así que el niño comenzó a relatar el proceso. Lo dijo como si fuera el discurso sobre el estado de la nación. Serio y consciente. Observé sus rasgos, eran similares. Madre e hijo compartiendo la misma habitación. Comencé a hacer preguntas mientras le miraba a los ojos. Él miraba a su madre quien respondía con decisión y nuevamente me miraba. Mezclaba algunas palabras de español entre sus frases en aquella lengua.
El niño hablaba con la madurez que sólo da el amor. Serio y digno era el intermediario entre su madre y yo. Él era la pieza clave en esa sala. Todo estaba en sus manos, todo dependía de sus palabras. Y cuando terminó la entrevista, no pude por menos que agradecerle su trabajo. Su madre sonrío con una de esas sonrisas que rompen fronteras. Orgullosa y agradecida,asintió. Y entonces, por primera vez habló. Timidamente lo dijo, me gustaría ser médico. Y tocó un poco mi corazón, uno subestima el poder de su trabajo. Una revelación tan precisa, hubiera requerido algo más. Algo distinto a una entrevista entre una médico cansada y su madre a esas horas de la madrugada. Le respondí de forma sincera, no lo dejes, no abandones esa idea, ama esta profesión y no te arrepentirás. Asintió con una mirada inocente y clara. Le pregunté su nombre y no pude por menos que despedirme con un Adiós dr. M, espero que algún día sea usted el que me cure a mí.
El niño hablaba con la madurez que sólo da el amor. Serio y digno era el intermediario entre su madre y yo. Él era la pieza clave en esa sala. Todo estaba en sus manos, todo dependía de sus palabras. Y cuando terminó la entrevista, no pude por menos que agradecerle su trabajo. Su madre sonrío con una de esas sonrisas que rompen fronteras. Orgullosa y agradecida,asintió. Y entonces, por primera vez habló. Timidamente lo dijo, me gustaría ser médico. Y tocó un poco mi corazón, uno subestima el poder de su trabajo. Una revelación tan precisa, hubiera requerido algo más. Algo distinto a una entrevista entre una médico cansada y su madre a esas horas de la madrugada. Le respondí de forma sincera, no lo dejes, no abandones esa idea, ama esta profesión y no te arrepentirás. Asintió con una mirada inocente y clara. Le pregunté su nombre y no pude por menos que despedirme con un Adiós dr. M, espero que algún día sea usted el que me cure a mí.
domingo, junio 07, 2009
miércoles, junio 03, 2009
Cosquillas.
Guardia de Pediatría.
Coloco el fonendo sobre su pequeño corazón. Ella se ríe, se ríe mucho.
- ¿Qué pasa?.
- Tengo cosquillas.
- ¿Muchas cosquillas?.
- Sí....
- Mi trabajo consiste en hacer cosquillas a los niños,¿lo sabías?.
- No, yo pensaba que los médicos hacían otra cosa.
- No, sólo hacemos cosquillas.
Y continua riendo mientras escucho sus pulmones.
Coloco el fonendo sobre su pequeño corazón. Ella se ríe, se ríe mucho.
- ¿Qué pasa?.
- Tengo cosquillas.
- ¿Muchas cosquillas?.
- Sí....
- Mi trabajo consiste en hacer cosquillas a los niños,¿lo sabías?.
- No, yo pensaba que los médicos hacían otra cosa.
- No, sólo hacemos cosquillas.
Y continua riendo mientras escucho sus pulmones.
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