domingo, diciembre 17, 2006

El poder de las palabras.

Fue un infierno de guardia. Los cuchillos tomaron vida propia y se dedicaron a cortar las manos de los pacientes en vez de los pepinos, aguacates y jamones que no querían ser troceados. Todos vinieron a recibir puntos, todos llegaron a la vez, la lista no decrecía en ningún momento y el tiempo de espera aumentaba. Mis manos, solo eran dos. Los guantes de mi talla se acabaron, la anestesia se acabó, los instrumentos se acabaron, el hilo corría sin parar, fue necesario reponer todo el material de la sala de suturas. Hicimos lo que pudimos, solo una persona nos dió las gracias con entusiasmo, el resto parecía serles indiferente. Hubo un buen equipo, todo el mundo trabajó al máximo. Cuando acabó ese turno de enfermería, les dí las gracias por su trabajo y reconocí que sin ellos no hubiésemos atendido a todos los pacientes en ese tiempo. Lo reconocí, no somos nadie sin las manos que reponen, que limpian, que vendan. No dije ninguna mentira. Se sorprendieron por el reconocimiento, se sintieron orgullosos de su trabajo. Fueron pocas palabras pero honestas. Lograron darle la vuelta a un día malo, fue malo pero lo hicimos bien.

¿ Por qué nos cuesta tanto reconocer el trabajo bien hecho?, ¿ por qué no dejamos esa manía de sentirnos amenazados porque otros sean buenos e incluso mejores que nosotros para animarles?, ¿ por qué creemos tan poco en el poder de las palabras?.

4 comentarios:

Sefy dijo...

Pues es una buena pregunta...¿Por qué?, es algo que yo también me pregunto y trato de romper en mi, en el ámbito en el que estoy...

p.d(he aprendido a nadar)
abrazos , preciosa

Sara. dijo...

Gracias Sefy, sigue aprendiendo a nadar...sigue haciéndonos nadar en la distancia...gracias por ser valiente...por no rendirte y porque un día veremos en el cine todas esas cosas que nos quieres contar.

Gracias por tu compromiso con la vida, caperucha, queda mucho por vivir con alegría...Australia sigue ahí fuera, vete a buscarla y llévanos contigo.

Anónimo dijo...

hola sara.
mi primer comentario, pero soy fiel seguidora de tus palabras.. que aunque a veces las lea solamente son de gran aliento para mi. y mucho mas cuando las oigo de ti. gracias por ser una de esas personas que estan ahi.
hay millones de personas a nuestro alrededor.. miles en nuestro barrio y cientos que vemos a diario. coger el pan.. llevar los ni;os al cole. sentados en la terrazas... El otro dia me sente tranquila en el balcon de una casita. mientras esperaba a alguien. En 15 min vi pasar como mas de 100 personas... buenos dias decian.. como esta hoy??? muy bien y ustede? y su esposa?
Dios la bendiga.
tilin tilinnnn heladoss heladooo.. quiere un helado??? graciass se;or. tome quedese con el cambio... Cocosss cocos frios!!!!
tantas personas.. y pense. que seria de este mundo sin gente que vendiera helados.. sin gente que nos llevara el agua de coco fresquita en dias calurosos a las puertas de casa??
Los tienen por menos porque venden helados y no coches de lujo. venden cocos vestidos con una camiseta y un pantaloncito... y no van de traje.
YO les digo a esas personas. Gracias por sus helados, y sus cocos. y su amabilidad y sonrisa..
gracias a los grandes medicos como tu sara, que cosen y hacen curas y mil cosas sin quejarse.. y porquye dicen gracias a los que le rodean.
Un beso desde el otro lado del mundo.. VOY para espa;aaaaaaaa.. yuhuuuuuuuuuuu hoy compre el billete.... te llamo ma;ana.. bicos. SAra L.

Sara. dijo...

Eres uno de los mejores regalos que he tenido en la vida, siempre estaré agradecida por estar detrás de ti en la cola de un campamento, 17 años más tarde seguimos haciendo cola pero para ayudar a otros. Gracias por inspirarme, nos vemos en casa ( los milagros existen).Un beso.