lunes, enero 01, 2007
Madrid.
Llegué a Madrid, la mañana de Año nuevo tras haber tenido guardia el día previo. Las calles estaban desiertas, la Castellana parecía una gran pista de baile vacía y no había viandantes acompañándola. Comienzo a ir hacia mi casa y no sé porqué pero todo me pareció hermoso, las casas parecían elegantes y los árboles, escasos de hojas, parecían cantar una canción dulce con el aire como violín y la luz me pareció.....me pareció cálida, brillante, acogedora....Camino sin encontrarme otros peatones, los autobuses iban vacíos y Madrid seguiría dormido por algunas horas más sin que la vanidad vuelva a llamar a su puerta...Todo me pareció una burbuja, una burbuja hermosa...pero la burbuja se rompió cuando vi a un vagabundo durmiendo en un banco con una maleta encadenada al banco...Entonces la niebla me pareció densa, las casas más comunes, el aire más frío y los árboles, espantapájaros...y Madrid dejó de ser tan hermoso para ser una ciudad más en un año menos nuevo.
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