sábado, junio 30, 2007
La isla.
Aquella era su isla,una isla rodeada de un océano gris. Una isla que pocos cruzaban y conocían, no aparecía en los mapas. Hacia siete años que allí estaba aquella isla. Solitaria, fría, ausente.
Una sola pregunta bastó para cruzar aquel vasto océano, una pregunta de molde que no esperaba llegar a aquel desierto lugar. Fue entonces cuando las lágrimas comenzaron a llenar toda la habitación y entendí porqué aquel océano era tan gris.
Hoy aquella isla tendría siete años, una cara, una vida..hoy aquella isla descansa en un trozo de tierra con la bandera puesta en el corazón de una madre. Sus manos habían sostenido aquella vida durante unas escasas semanas, habían sido días intensos donde la vida y la muerte se abrazaban con tanta fuerza que no pudieron despegarse jamás....y el amor, el amor....tan fuerte, tan dolorosamente real que seguía haciendo daño aún hoy...
Así que cuando llegué a ese sombrío lugar, no hubo palabras dignas de consolar, nada que hiciese de aquella isla un lugar un poco más dulce..... nada....no había nada que la pudiese salvar de aquel naufragio...ni siquiera las palabras de amor que su marido susurraba al oído...y pensé en lo difícil que puede ser vivir en una isla sin que te hundas en ella...
martes, junio 26, 2007
Globos
Había ruido en la calle, la liga había sido sentenciada de forma favorable y la ciudad parecía una caja de petardos enlatada. Los coches no paraban de hacer sonar el claxón, ruido en la calle, gritos, música. Parecía irreal. Aquella gente era la misma que tenía prisa por cruzar primero el semáforo, la misma que fanfarroneaba de sus logros.
La noche estaba comenzando a rellenar los huecos de luz. No había nubes en el cielo. No llovía. Las estrellas se asomaban con timidez. Mis macetas seguían mirando hacia arriba. Las imité y comencé a mirar el cielo. En medio de aquel revuelto, alguien había lanzado unos globos al aire. Volaban, volaban hacia quien sabe donde pero la estampa era hermosa.... Tan hermosa que me dí cuenta de que en eso consistía vivir, en escuchar el ruido mientras alzo los ojos al cielo, hacia Él.
domingo, junio 24, 2007
La vida en rosa.
Rondaría los 70, era bajita, pelo rubio y ojos azules. Siempre iba excesivamente maquillada con un moño medio deshecho que tanto provocaba admiración como rechazo.
Siempre estaba en el mismo lugar, segundo piso de la estación de metro junto a la salida hacia Madrid norte. Estaba allí con un radio casette viejo que hacía sonar los bajos demasiados bajos y los agudos demasiado chirriantes. Solía poner una especie de pañoleta en el suelo para acompañarla en cada actuación, cogía el micrófono como si fuese una diva de la canción...quien sabe a lo mejor alguno de sus singles sonó años atrás....y cantaba.
Ella cantaba, tenía una voz rota por el tabaco, profunda e intensa. Cantaba siempre en francés con tal melancolía que convertía la estación en un pequeño café de las afueras de París. Parecía estar allí como un pequeño ritual, un homenaje a los anónimos que la rodeaban a diario...Vista fríamente parecía el retrato de una perdedora a la que la vida no le cedió una caprichosa oportunidad...pero al verla agarrar el micro parecía tan rabiosamente auténtica que hasta parecía ser la protagonista del teatro real...y sin saber porqué me acerqué, dejé una moneda en su pañoleta...y pensé en que aquella fue la moneda mejor empleada de todo el día...
Siempre estaba en el mismo lugar, segundo piso de la estación de metro junto a la salida hacia Madrid norte. Estaba allí con un radio casette viejo que hacía sonar los bajos demasiados bajos y los agudos demasiado chirriantes. Solía poner una especie de pañoleta en el suelo para acompañarla en cada actuación, cogía el micrófono como si fuese una diva de la canción...quien sabe a lo mejor alguno de sus singles sonó años atrás....y cantaba.
Ella cantaba, tenía una voz rota por el tabaco, profunda e intensa. Cantaba siempre en francés con tal melancolía que convertía la estación en un pequeño café de las afueras de París. Parecía estar allí como un pequeño ritual, un homenaje a los anónimos que la rodeaban a diario...Vista fríamente parecía el retrato de una perdedora a la que la vida no le cedió una caprichosa oportunidad...pero al verla agarrar el micro parecía tan rabiosamente auténtica que hasta parecía ser la protagonista del teatro real...y sin saber porqué me acerqué, dejé una moneda en su pañoleta...y pensé en que aquella fue la moneda mejor empleada de todo el día...
viernes, junio 15, 2007
RCP.
No sabría como empezar, estoy rodeada de papeles acerca de cómo reanimar a una persona....protocolos, estudios, fármacos....mil cosas porque una vida parece tener valor...y yo debería aprender a reanimarla..."salvar vidas" parece ser lo que me da de comer aunque pocas veces siento que hago algo así....pero todos los días veo a alguna mujer que ha realizado una interrupción voluntaria del embarazo....Y me pregunto si la vida tiene el valor que decimos que tiene....Me cuesta enlazar esa información...Vivir no es algo sencillo, no siempre hay suficientes señales para saber cómo actuar pero hay ciertos caminos que siempre llevan al mismo final....No me gusta ese terreno....Está abonado con juicios, críticas, hipocresía y mucho silencio....pero también pienso en que yo estoy viva, en la belleza, en la gracia, en la bondad, en tantas cosas y creo que detestaría no haberlo experimentado...detestaría ni siquiera haber tenido esa oportunidad.....
Ps....Y a veces (solo a veces )desearía detener el tiempo, parar por unos largos segundos,y ser capaz de entender lo que vale una vida en ese reloj llamado eternidad...eso sería lo único que podría (puede ) salvarnos...
lunes, junio 04, 2007
Verano.
Parece que la entrada del verano la marca Maldonado explicando con un tono flemático que comienza el día más largo del año. Ese día parece coincidir todo, acaban las clases, las terrazas están llenas, las sardinas de San Juan...Ese ambiente de desgana y playa que parece envolver el aire...Sin embargo para mí el verano no empieza ahí. No empieza con el primer helado de la temporada, la playa o el tomar el sol en la terraza.
El verano comienza cuando rebusco en el armario de los zapatos. En el fondo del todo hay unas viejas sandalias azul marino que de gastadas parecen un color oscuro indeterminado...tienen dos hebillas y no se puede decir que son bonitas...Son las típicas sandalias de señorita inglesa que quedarían perfectas con unos calcetines blancos por debajo, algo que por supuesto nunca ha ocurrido...
Hoy decidí acompañar los vaqueros con mis sandalias. Las suelas están gastadas, tan gastadas que resbalé dos veces por su culpa en menos de una hora. Las hebillas siguen intactas. Y cada vez que las miro, me siento orgullosa de ellas...Es como si todo siguiese igual, como dos viejas amigas que se miran con perspicacia a lo largo del tiempo...me parece que me perdonan por mi ausencia estival, por intimar con unas botas Clark en pleno invierno, por los aviones que no cogieron y las historias que no vivieron....pero hay algo más, algo acerca de cómo vivir….
Algo acerca de ser fiel no a las cosas, no a mis amadas sandalias sino fiel a las personas...Fiel a los que nos acompañaron en el camino, a los que compartieron escenas de nuestras vidas, fiel a la verdad de quienes somos, fieles a las pocas cosas que son importantes y a Aquel que creó las sandalias, el verano y todo su contenido...Al igual que las sandalias entran en contacto con mi pie también rozaron el asfalto, las dunas de Hoop o un remoto poblado del Amazonas...Y así es como debe ser un corazón fiel, resistente por fuera pero blando por dentro...consciente de la dureza que lo rodea pero sensible a la piel que contiene…Así es como el verano se convierte en verano de verdad…
El verano comienza cuando rebusco en el armario de los zapatos. En el fondo del todo hay unas viejas sandalias azul marino que de gastadas parecen un color oscuro indeterminado...tienen dos hebillas y no se puede decir que son bonitas...Son las típicas sandalias de señorita inglesa que quedarían perfectas con unos calcetines blancos por debajo, algo que por supuesto nunca ha ocurrido...
Hoy decidí acompañar los vaqueros con mis sandalias. Las suelas están gastadas, tan gastadas que resbalé dos veces por su culpa en menos de una hora. Las hebillas siguen intactas. Y cada vez que las miro, me siento orgullosa de ellas...Es como si todo siguiese igual, como dos viejas amigas que se miran con perspicacia a lo largo del tiempo...me parece que me perdonan por mi ausencia estival, por intimar con unas botas Clark en pleno invierno, por los aviones que no cogieron y las historias que no vivieron....pero hay algo más, algo acerca de cómo vivir….
Algo acerca de ser fiel no a las cosas, no a mis amadas sandalias sino fiel a las personas...Fiel a los que nos acompañaron en el camino, a los que compartieron escenas de nuestras vidas, fiel a la verdad de quienes somos, fieles a las pocas cosas que son importantes y a Aquel que creó las sandalias, el verano y todo su contenido...Al igual que las sandalias entran en contacto con mi pie también rozaron el asfalto, las dunas de Hoop o un remoto poblado del Amazonas...Y así es como debe ser un corazón fiel, resistente por fuera pero blando por dentro...consciente de la dureza que lo rodea pero sensible a la piel que contiene…Así es como el verano se convierte en verano de verdad…
viernes, junio 01, 2007
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