sábado, junio 30, 2007

La isla.


Aquella era su isla,una isla rodeada de un océano gris. Una isla que pocos cruzaban y conocían, no aparecía en los mapas. Hacia siete años que allí estaba aquella isla. Solitaria, fría, ausente.

Una sola pregunta bastó para cruzar aquel vasto océano, una pregunta de molde que no esperaba llegar a aquel desierto lugar. Fue entonces cuando las lágrimas comenzaron a llenar toda la habitación y entendí porqué aquel océano era tan gris.

Hoy aquella isla tendría siete años, una cara, una vida..hoy aquella isla descansa en un trozo de tierra con la bandera puesta en el corazón de una madre. Sus manos habían sostenido aquella vida durante unas escasas semanas, habían sido días intensos donde la vida y la muerte se abrazaban con tanta fuerza que no pudieron despegarse jamás....y el amor, el amor....tan fuerte, tan dolorosamente real que seguía haciendo daño aún hoy...

Así que cuando llegué a ese sombrío lugar, no hubo palabras dignas de consolar, nada que hiciese de aquella isla un lugar un poco más dulce..... nada....no había nada que la pudiese salvar de aquel naufragio...ni siquiera las palabras de amor que su marido susurraba al oído...y pensé en lo difícil que puede ser vivir en una isla sin que te hundas en ella...

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