lunes, junio 04, 2007

Verano.

Parece que la entrada del verano la marca Maldonado explicando con un tono flemático que comienza el día más largo del año. Ese día parece coincidir todo, acaban las clases, las terrazas están llenas, las sardinas de San Juan...Ese ambiente de desgana y playa que parece envolver el aire...Sin embargo para mí el verano no empieza ahí. No empieza con el primer helado de la temporada, la playa o el tomar el sol en la terraza.

El verano comienza cuando rebusco en el armario de los zapatos. En el fondo del todo hay unas viejas sandalias azul marino que de gastadas parecen un color oscuro indeterminado...tienen dos hebillas y no se puede decir que son bonitas...Son las típicas sandalias de señorita inglesa que quedarían perfectas con unos calcetines blancos por debajo, algo que por supuesto nunca ha ocurrido...

Hoy decidí acompañar los vaqueros con mis sandalias. Las suelas están gastadas, tan gastadas que resbalé dos veces por su culpa en menos de una hora. Las hebillas siguen intactas. Y cada vez que las miro, me siento orgullosa de ellas...Es como si todo siguiese igual, como dos viejas amigas que se miran con perspicacia a lo largo del tiempo...me parece que me perdonan por mi ausencia estival, por intimar con unas botas Clark en pleno invierno, por los aviones que no cogieron y las historias que no vivieron....pero hay algo más, algo acerca de cómo vivir….

Algo acerca de ser fiel no a las cosas, no a mis amadas sandalias sino fiel a las personas...Fiel a los que nos acompañaron en el camino, a los que compartieron escenas de nuestras vidas, fiel a la verdad de quienes somos, fieles a las pocas cosas que son importantes y a Aquel que creó las sandalias, el verano y todo su contenido...Al igual que las sandalias entran en contacto con mi pie también rozaron el asfalto, las dunas de Hoop o un remoto poblado del Amazonas...Y así es como debe ser un corazón fiel, resistente por fuera pero blando por dentro...consciente de la dureza que lo rodea pero sensible a la piel que contiene…Así es como el verano se convierte en verano de verdad…

1 comentario:

Anónimo dijo...

y me veo reflejada en tus sandalias..y revivo de nuevo los De hoop...y mi admiración por alguien que aporta nuevas visiones de las cosas de los pies a la cabeza...Caperuchiña sin nick..