martes, diciembre 04, 2007

Ayer.

Era un día cualquiera. Tomé un trozo del strudel que había hecho el día anterior. Un café. Comencé a recoger algunos trastos. Una lavadora. Unos cuantos artículos. Mis pensamientos en la ventana. Y un título. Un título que se presenta en mi cabeza y no me abandona. Pocas veces me ocurre eso. Había visto ese libro en la cuarta estantería de la biblioteca a mano izquierda en el último estante. Pasé de largo. No quería más historias basadas en aquella época. No más conflictos morales tan agudos. Sigo haciendo recados. El libro no se va de mi cabeza. Ya he leído dos de los tres libros que cogí en la biblioteca. Podría volver a ver si sigue en aquel estante. Es probable, solo dos personas habían leído sus páginas en este año. Podría coger algún libro de Dickens. Después de dos horas sin que el libro se vaya, me pongo los zapatos negros. Un abrigo y los dos libros que devolveré. Danzo un poco antes de acercarme a la estantería, algunas propuestas interesantes pero sé que tengo que volver a por él...Es casi imposible encontrar ese libro publicado en un idioma que yo pueda leer...Recojo el libro, parece mirarme de forma pícara como si ya supiese que volvería a por él...Así que vuelve conmigo...Empiezo a leer....y nuevamente ese abismo....Ese abismo entre lo que podría ser y lo que es....entre el rechazo y la admiración....entre las decisiones internas que marcan nuestro destino....Es tan real....No importa que los hechos ocurran en el siglo XVII....sigue traspasando mi conciencia....Así que ese es mi compañero de viaje en estos días...

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