jueves, febrero 26, 2009

Generaciones.

Era la quinta paciente del día, caminaba encorvada y venía acompañada de su nieto. Ella no llegaba al 1,50 metros; yo era otra cosa, me diría más tarde. Él medía casi dos metros. Su paso es lento mientras se apoya en el bastón y el brazo de su nieto. Su nieto rondaba los 25 años y reunía todos los tópicos del momento; tatuajes en sus brazos, ropa alternativa y más pendientes que los dedos de una mano. Ella hablaba sin levantar la voz y él se agachaba para escucharla con una atención marcada. Verlos juntos era una muestra de la complicidad que a veces surge entre generaciones.

Cuando ella llegó a la consulta respondió al saludo con una insospechada alegría para su edad. 89 años es lo que calificaría fragilidad. Rápidamente comenzó a citar por nombre cada una de las pastillas con las debidas tomas diarias. Nos contó que estaba preocupada porque caminaba menos...El frío de este invierno ha sido terrible pero lo compensé haciendo sudokus, cosiendo y tocando la flauta....¿ Toca usted la flauta?...Sí, me enseñó mi hermana. Ella fue a clases. Me enseñó cuando las notas eran números, ya ha llovido. Su nieto me aclara que estas Navidades dio un concierto en el hogar de ancianos del pueblo...¿ Un concierto?...Bueno, me aclara, concierto no fue...Resulta que íbamos a tocar cuatro pero uno se puso enfermo, otro se rompió la cadera y otra tuvo que irse a su pueblo así que toqué yo sola...

Nos enseña sus manos que conviven amargamente con la artrosis...¿ No hay mucho que hacer, verdad?...Bueno mucho no podemos hacer pero hay algunos baños de manos que alivian un poco...¿ Miguel, te estás enterando?...Sí abuela...Yo mas o menos me entero; veo las noticias todos los días pero me siento más tranquila si me acompañan los nietos. El nieto le sonríe tiernamente y ella nos cuenta sin reparos la vida de cada uno de sus vástagos y descendientes con un sentido orgullo. La consulta llega a su fin cuando dice...Les he traído unos caramelitos para pasar el rato porque son muy amables...Miramos esa fina figura mientras decimos un sonoro y sentido: Gracias, es un placer atenderla...

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