martes, mayo 16, 2006

Libretas.


(Decido tirar todos los apuntes de instituto que tenía guardados, el espacio es limitado así que en varios viajes los llevó al contenedor del reciclaje. Tiro apuntes, dibujos, cartas y todo aquello que no he leído en los últimos siete años).

En la calle un niño de seis años corre por delante de su abuela. Yo estoy tirando las libretas y folios en el contenedor.

- Abuela, ESTÁN TIRANDO LIBRETAS A LA BASURA.

Solo oigo a un niño gritar pero no presto atención a sus palabras.

- ESTÁN TIRANDO LIBRETAS A LA BASURA.
-ESTÁN TIRANDO LIBRETAS A LA BASURA.

Después de tres gritos me doy cuenta que el niño me mira como si estuviese cometiendo un pecado capital o por lo menos como si fuese culpable de la deforestación del Amazonas.
Llega la abuela que mira al niño y me mira a mí.

-Abuela esa niña está tirando libretas a la basura.

El niño abre sus ojos como platos y me mira como si fuese una psicópata de las libretas o por lo menos un enemigo público.

Le sonrío y no puedo por menos que decirle:

- Cuando estudias mucho ( pero mucho, mucho), puedes tirar las libretas y los libros a reciclar...y no pasa nada pero hay que estudiar antes sino no vale.

La abuela me sonríe y se contiene unas palabras de aprobación, lo de estudiar mucho-mucho le ha gustado. El niño me mira con cara extraña, le acabo de romper los esquemas...Pueden ocurrir dos cosas, que guarde sus libretas bajo llave o simplemente que las tire al contenedor...Aunque si yo fuese él, mañana le preguntaría a la profesora para qué tenemos libretas si luego hay niñas que las tiran a la basura....

3 comentarios:

Sara. dijo...

jajaja...piensas en todo...gracias por tu carta...fue la primera...Bicos caperucha.

Lafriky dijo...

Ja,ja si ese libro tan fino,...que gracia lo del niño, lo mismo le podían servir ahora porque con el nuevo sistema de educación poco aprenderá.

meditada dijo...

Jajajajajaajajajajajajaj... que simpático el niño, y que resabido... yo me encontre con una niña en el bus una vez. Yo apovechaba para dormir en el trayecto. ¿Cuál fue mi sorpresa? que cuando abrí un ojo estaba ella imitándome... así que le eché la lengua y me quedé agusto.