miércoles, febrero 13, 2008

Pérdida.

No suelo perder cosas. Ayer en algún lugar del vagón perdí mi abono de transporte. Dos dígitos menos en mi bolsillo. Me dí cuenta al salir y pensé que quizás estaría en algún lugar de mi caótico bolso pero no estaba. Así que resignada me fuí al trabajo que de algo hay que vivir. A la vuelta en las estaciones de destino y llegada, pregunto por el abono. Recibo la misma mirada de incredulidad, "no, aquí no está su bono". Muchas gracias. Gracias al que lo cogió. Gracias al que lo está usando siendo yo...pero prefiero perder el abono y no la fe en que aún hay gente honrada...prefiero pensar que quizás quien lo esté usando, lo necesite más que yo....prefiero pensar que cuando das algo,no pierdes sino ganas.....prefiero ser inocente,prefiero ser honrada...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sara, me gusto mucho tu articulo... una vez mas!!! Sigue escribiendo, llegaras muy lejos. De paso, y hablando de perdidas, me gustaria añadir una pequeña anecdota que me paso este fin de semana.

Claro que pierdo cosas de vez en cuando... así es la vida y con el paso de los años la cosa empeora. No me importa demasiado mientras no sea nada de sublime importancia. Hablando de lo sublime, esta semana perdí cierta fe en la profesión médica... Después de estar enfermo durante varios días y sin poder dormir ni hacer mi trabajo como es debido, tosiendo y pasándolo bastante mal, no estoy exagerando! Finalmente y en desesperación pedí consejo a una amiga, doctora de profesión. Tristemente no me hizo bastante caso, senti que no me estaba tomando demasiado en serio. Creo que los médicos deben tener cuidado de no vernos a los pacientes como un caso mas en la sala de espera, sino ver la parte humana en cada uno de nosotros... quizas ser un poquito menos profesionales... Solo queremos quitarnos el malestar de encima cuanto antes y ponernos a trabajar.

Simplemente un comentario de un enfermo más en la sala de espera... y sin mayor trascendencia, digo yo.

Un abrazo con todo cariño.

Un ex enfermo

Sara. dijo...

Muchas gracias por tus palabras de ánimo. Fue estupendo poder hablar con vosotros, ojalá estuvieséis más cerca...

Lamento una experiencia tan difícil. Me imagino que soportar tal grado de enfermedad debe ser frustrante: picor de garganta, tos, somnolencia. Lo peor es que tu médico no vió en ti un paciente con corazón y alma, eso ha debido afectarte mucho.
A pesar de esta situación tan penosa, siempre se puede aprender algo del rol de enfermo necesitado de compasión como por ejemplo las comidas de mi madre, la chimenea encendida, las vistas al mar...eso sin olvidar las botellas de vino que mi padre saca de no sé bien donde pero que siempre son estupendas...Reconozco que debió ser una lección dura de aprender especialmente porque de forma consciente decidiste no tomarte las pastillas en contra de los consejos de tu médico,tu mujer, mi padre y mi madre...

Bromas a parte, deberías predicar algún día acerca del manejo de las frustraciones cotidianas porque todos necesitamos ser más pacientes y misericordiosos...En serio, me gustaría un sermón sobre ese tema. Espero que disfrutaráis mucho en Galicia y ánimo con tantos ingleses juntos...Abrazos para todos especialmente a Susana.