A Caperucha, por escuchar esta historia, por animarme a contarla.
Nochevieja, 21.35 horas.
He dejado a tres pacientes en Observación para pasar la noche y he ingresado a otro. No me siento muy orgullosa de mi trabajo. He pensado lo que tenía que pensar y he actuado en consecuencia pero no es suficiente. Tres pacientes pasarán sus últimas uvas en un hospital. La última Nochevieja de sus vidas. En un hospital. Respiro hondo pero no me siento bien. Yo lo sé, humanamente la moneda ya ha sido echada.
Hablo con el último paciente y le explico la situación, prefiere quedarse en el hospital. Llamo a su familia en la sala de espera y nadie contesta. Llamo en tres ocasiones sin éxito. Veo las arrugas en su cara. A lo mejor están en casa, doctora. No se preocupe, ahora mismo les llamo para que vengan.
Pi, pi, pi ( qué alguien responda, por favor), pi, pi.
- Hola.
- Hola, ¿ es el domicilio de....?.
- Si, dígame.
- Soy la dra...., le llamo del hospital de...
- Hace cinco minutos que mis hermanos han salido para allá. Estamos preocupados.
- Sí, por eso les llamaba para comentarles la situación.
- Ya, soy su hijo. ¿ No podría adelantarme nada, por favor?.
Y pronuncia el por favor con tal cadencia que me pone en un aprieto. No se puede dar información telefónica. No se puede. Tampoco se podría pronunciar el por favor con ese tono.
- Bueno, pues me gustaría hablar con ellos para contarles. La idea sería discutir si quedarse esta noche en el hospital o venir mañana para repetir los análisis.
No estoy dando información acerca del proceso médico. No sé si es legal pero ya es suficiente con mirar a los ojos del paciente y me estoy imaginando la mirada de este buen hombre al otro lado del teléfono.
- Lo que sea mejor para mi padre, haga lo que tenga que hacer.
- De acuerdo, lo discutiremos cuando lleguen aquí sus hermanos. Buenas noches y muchas gracias.
- Muchas gracias a usted y que tenga un feliz año nuevo.
- Gracias, para usted también.
Y la forma en la que lo dice me pone los pelos de punta. Feliz. Todo menos feliz es lo que les espera pero aún así, aún así me desea un feliz año nuevo. Así que me levanto de la silla, voy a junto del paciente y me siento a su lado. Le digo que ya vienen de camino, que hablé con su hijo y que a ver qué hacemos con usted....Doctora, pues haga lo que tenga que hacer, responde con una tierna sonrisa....
4 comentarios:
joooooooooooo chuliña....mil grazas....
cuantas lágrimas hay detrás de cada historia...cuantas historias hay detrás de una vida...
Gracias x contarlas...Gracias x hacernos pensar...Gracias x hacer q quiera disfrutar y dar mas cariño y amor a los mios en este presente....
Mil gracias
Gracias una vez mas Sara por tus escritos. Que el Senor mire durante este Ano 2009 los deseos de tu corazon y te los conceda.
Un abrazo con todo carino
Roberto
hola sara, espero que leas esto, la verda no se como funciona muy bien esto de los blogs, pero mi intencion es que recibas esto que me apetece comunicarte...
soy gonzalo de valencia, entre por la pelicula de la vida secreta de las palabras y cartas a una monja portuguesa y me he enganchado a leer un par o tres o cuatro o mas historias tuyas, no se,me he enganchado a tu forma de escribir de vivir y de sentir.
gracias.
ahora tengo algo mas productivo que hacer en internet, es mas creo que me voy a informar como hacer un blog y poder desahogarme, mi vida aqui donde nadie me conoce y donde mis pensamientos-emociones pueden vagar libres y sin necesidad de ser comprendidos por todos aquellos que me conocen y esperan y desean algo de uno que solo quiere ser como quiere.
bueno maja te deseo amor y libertad para toda tu vida y gracias por tu magia. un abrazo.
Caperucha, GRAZAS.
Roberto, gracias a ti por leer y animarme a escribir. Un abrazo y mucho ánimo.
Gonzalo, bienvenido aunque ya llevas mucho tiempo leyéndome. Muchas gracias por leer y por tomarte el tiempo de ver qué me sucede...Un abrazo fuerte.
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