Estoy cansada. Esta semana no ha sido fácil. Hoy es viernes, hoy era el último día de la semana. Una consulta que ver, los pacientes entran y salen. Ella entra, quiere unas medicinas. Una de ellas no debe tomarla. Ella se enfada. Empieza a criticar al sistema, a su jefe, a su trabajo, a los médicos, el horario, a mí. Sus palabras van subiendo de tono, yo no respondo. No voy a hacer lo que ella quiere, no está bien. Así que cuando acaba el discurso y ve que no hay respuesta. Al menos no la respuesta adecuada. Lo dice, voy a poner una queja por su falta de humanidad. Pronuncia las palabras lentamente de forma que el mensaje llegue a donde tiene que llegar. Y con fuerza se levanta y pega un portazo. Un portazo.
Respiro, escribo, respiro. Llamo al siguiente paciente. Y entra una madre con un niño. Y el niño, el niño tiene problemas, no es lo que llamamos normal. Él canta una canción dulce en otro idioma mientras da vueltas por la habitación. Él es ajeno al resto y sólo canta.Da vueltas y canta. La conversación con su madre transcurre normalmente. Él canta, canta de modo que me trae a la normalidad, toca mi corazón y me deja con una sonrisa...Él es humano y yo quiero tener su humanidad, quiero su dulzura, quiero su inocencia, quiero su alegría...eso es lo que yo quiero.
2 comentarios:
Enhorabuena por inaugurar "Relatos de Veran" de La Voz de Galicia.
A los que le interese leer tu relato que se animen a votarte a final de mes. Un bico. A.
Gracias, por si a alguien le interesa:
http://www.lavozdegalicia.es/relatos/2009/08/01/0003_7881930.htm
Gracias por leer.
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