sábado, septiembre 29, 2007
domingo, septiembre 23, 2007
Palabras.
- Me habéis traído engañada, ¿tú crees que se puede traer una madre aquí sin avisar?. Si querías que viniese al hospital me lo hubieses dicho pero no de estos modos. Yo estoy bien, me tomo mis pastillas y duermo.
- No estás bien, mamá, no duermes y necesitas un poco de ayuda.
- Y ahora me van a encerrar detrás de esa puerta de hierro. Una puerta de hierro. Sois todos unos desgraciados, unos indeseables, no me volváis a mirar a la cara. No os quiero volver a ver. Ojalá os lo hicieran a vosotros,ojalá os pasara a vosotros.
El hijo acompañaba a su madre cabizbajo sin saber qué hacer. Ella seguía bociferando y maldiciendo a todos los que íbamos a su lado. Sombrío día.
Por muy enferma que esté su madre, hay palabras que, solo el pronunciarlas, ponen la piel de gallina. Palabras que se quedan ahí, no importa cuándo ni cómo fueron pronunciadas, siguen ahí. A veces la vida es tan real, tan desgraciadamente real, que cuesta separar el envoltorio para perdonar y recordar a la persona amada.
Palabras, grises palabras.
- No estás bien, mamá, no duermes y necesitas un poco de ayuda.
- Y ahora me van a encerrar detrás de esa puerta de hierro. Una puerta de hierro. Sois todos unos desgraciados, unos indeseables, no me volváis a mirar a la cara. No os quiero volver a ver. Ojalá os lo hicieran a vosotros,ojalá os pasara a vosotros.
El hijo acompañaba a su madre cabizbajo sin saber qué hacer. Ella seguía bociferando y maldiciendo a todos los que íbamos a su lado. Sombrío día.
Por muy enferma que esté su madre, hay palabras que, solo el pronunciarlas, ponen la piel de gallina. Palabras que se quedan ahí, no importa cuándo ni cómo fueron pronunciadas, siguen ahí. A veces la vida es tan real, tan desgraciadamente real, que cuesta separar el envoltorio para perdonar y recordar a la persona amada.
Palabras, grises palabras.
martes, septiembre 18, 2007
Gallifantes
- Otoño: 30 gallifantes.
- Los pacientes que faltan a las citas sin anularlas: -10 gallifantes.
- La camarera super sonriente del comedor: 20 gallifantes.
- Los abuelos que llevan anotada su medicación en una hoja legible: 25 gallifantes.
- El paciente que me comparó con su ex-novia anoréxica: -30 gallifantes.
- Las judías verdes: -70 gallifantes.
- El agua potable: 90 gallifantes.
- Las conversaciones con caperucha: 40 gallifantes.
- La cocaína: - infinitos gallifantes.
- Los psiquiatras que hacen psicoanálisis: no les importan los gallifantes.
- El ketorolako que siempre te deja quedar bien: 15 gallifantes.
- La portera que no pierde detalle de tu vida: - 5 gallifantes.
- Las flores del balcón: 15 gallifantes.
- Los túneles: - 20 gallifantes.
- La tinta azul de Parker: 30 gallifantes.
- Los batidos de mora: 35 gallifantes.
- La gente borde que grita en urgencias: - 30 gallifantes.
- El café con sillones de terciopelo del barrio: 20 gallifantes.
- El helado de chocolate blanco, naranja y azafrán: 20 gallifantes.
- Los listillos: - 25 gallifantes.
- El vestido rojo de tu madre: 30 gallifantes.
- Las vecinas sordas del cuarto adeptas a "Mujeres desesperadas": - 5 gallifantes.
- Las pacientes histriónicas: - 15 gallifantes más una aspirina.
- Las orquídeas: 30 gallifantes.
- La biblioteca: 35 gallifantes.
- La gente que tira papeles al sueldo: - 20 gallifantes.
- Los pacientes que faltan a las citas sin anularlas: -10 gallifantes.
- La camarera super sonriente del comedor: 20 gallifantes.
- Los abuelos que llevan anotada su medicación en una hoja legible: 25 gallifantes.
- El paciente que me comparó con su ex-novia anoréxica: -30 gallifantes.
- Las judías verdes: -70 gallifantes.
- El agua potable: 90 gallifantes.
- Las conversaciones con caperucha: 40 gallifantes.
- La cocaína: - infinitos gallifantes.
- Los psiquiatras que hacen psicoanálisis: no les importan los gallifantes.
- El ketorolako que siempre te deja quedar bien: 15 gallifantes.
- La portera que no pierde detalle de tu vida: - 5 gallifantes.
- Las flores del balcón: 15 gallifantes.
- Los túneles: - 20 gallifantes.
- La tinta azul de Parker: 30 gallifantes.
- Los batidos de mora: 35 gallifantes.
- La gente borde que grita en urgencias: - 30 gallifantes.
- El café con sillones de terciopelo del barrio: 20 gallifantes.
- El helado de chocolate blanco, naranja y azafrán: 20 gallifantes.
- Los listillos: - 25 gallifantes.
- El vestido rojo de tu madre: 30 gallifantes.
- Las vecinas sordas del cuarto adeptas a "Mujeres desesperadas": - 5 gallifantes.
- Las pacientes histriónicas: - 15 gallifantes más una aspirina.
- Las orquídeas: 30 gallifantes.
- La biblioteca: 35 gallifantes.
- La gente que tira papeles al sueldo: - 20 gallifantes.
lunes, septiembre 17, 2007
El paciente.
- Espere, espere, que conecto el aparato. Hay mucho ruido en la sala de espera y no hay quien aguante allí.
Comienzo a sentir simpatía por este hombre de 91 años que con tanta serenidad apaga el sonotone cuando no merece la pena escuchar.
- ¿ Qué le sucede?.
- Verá ya llevo tomando antibiótico unos días pero sigo teniendo dolor aquí. Mire es esta la caja.
Me enseña la caja del medicamento donde ha apuntado con bolígrafo de tinta azul la fecha en la que comenzó a tomarlo. Acude acompañado de un hijo y una hija que le miran con suspicacia.
- Me molesta mucho. Me tengo que levantar para tomar el calmante. Así no se puede vivir, doctora.
- Comprendo.
- ¿ No tiene ninguna pastillita para solucionarlo?.
- Pues algo haremos pero por ahora la pastilla que le devuelva a los treinta años aún no la dispensamos en el hospital.
Sus hijos asienten mientras hacen gestos por detrás dándome a entender que su padre tiene unas expectativas demasiado elevadas para los años que tiene.
Le examino, le explico las pruebas y le pongo algo de medicación. Pone atención a mis palabras y coge su bastón para ir a la sala de enfermería. Unas horas más tarde le vuelvo a llamar para explicarle las noticias y decirle que se quedará en la Observación por una noche.
- ¿ Cómo se encuentra ahora, un poco mejor?.
- Pues desde que hablé con usted, mejor.
- Se quedará con nosotros esta noche para ayudarle un poquito y ponerle un parche.
- Póngame los parches que haga falta que a mí no me importa.
- Lo haremos, no se preocupe.
Se queda esperando en la salita de medicación mientras acabo de escribir los informes.
- Doctora, mis hijos se han ido con la cartera y la chaqueta. ¿ No podría dejarme un euro para una botellita de agua?.
- ¿ Qué le parece si le doy un vaso de agua y una manta?. Le vamos a traer ahora la cena así que quédese tranquilo que nosotros le daremos lo que precise.
- Son todos muy amables.
_merece la pena, una y mil veces más, merece la pena.
miércoles, septiembre 12, 2007
7.39
El despertador suena como siempre. 7.39. Una ducha. Un trozo de tarta con café. Mi bolso y rumbo a trabajar. El mismo recorrido. Varias patrullas de policías, los geos, varias grúas y los perros olisqueando todos los coches aparcados en la calle. La sinagoga abierta mientras la policía entra y sale de ella. Se me encoje un poco el alma. Creo que va a ser un día cualquiera pero no lo es. El mal sigue presente aunque esta mañana no sale en las noticias. No hubo coche bomba. Muchas veces creo que Oriente Medio está lejos pero cada vez que la policía vigila la sinagoga me doy cuenta que el odio ya no tiene fronteras...y eso, eso es terrible.
martes, septiembre 11, 2007
Game over.
Una cena más en el comedor del hospital. Voy con la bandeja cuando me cruzo a una buena enfermera a la cual saludo y nos ponemos a hablar. No recuerdo en qué momento dejé la bandeja sobre la mesa. Me cuenta que en mi última guardia, en la de me duele la cabeza cuando pienso, atendí a su tío. Entonces comienzo a recordar la imagen un poco difuminada, su tío venía acompañado por su hijo situado a la izquierda y una asitente del hogar situada a la derecha.Él iba sentado en una silla de ruedas, portador de una traqueostomía y hablaba con dificultad. Tenía un maldito cáncer, un corazón que apenas funcionaba y mil antecedentes que lo hacían complicado. Aquella noche visitaba por algo tonto con mil posibles causas y ninguna clara. Esperó más de la cuenta, más de lo que debería haber esperado una persona en su estado, mi cabeza dio vueltas, no había explicaciones convincentes, pruebas en sus parámetros habituales, pido ayuda, sigue sin ser concluyente....Finalmente opto por el sentido común y la prudencia, descartado lo grave, paliamos y vamos a ver si el tiempo nos da más pistas.
Tiempo, siempre está esa palabra. Recuerdo que el hombre no se quedó convencido, yo tampoco lo estaba pero la medicina no es una ciencia exacta sino un arte que se practica con más o menos acierto.
Su hijo pone algo de normalidad a la situación, no se puede luchar contra los años, se ayuda pero no se puede volver a los treinta. Les explico el plan y el tratamiento. Me preguntan si es buena la crema de ****, les digo que sería perfecta. Nos despedimos con una sonrisa triste.
Su sobrina me dice que reconoció mi letra del informe ( dichosa letra) y que por eso sabía que era yo. Al día siguiente su tío sufrió un infarto fulminante y murió en el acto. Mis ojos se muestran incrédulos, le doy el pésame, ambas sabemos que no se podía haber evitado pero eso no evita el vacío, la sensación de fragilidad y el pensar en cómo fue su último día y en cómo podría haber sido.
Una vez más, game over.
Tiempo, siempre está esa palabra. Recuerdo que el hombre no se quedó convencido, yo tampoco lo estaba pero la medicina no es una ciencia exacta sino un arte que se practica con más o menos acierto.
Su hijo pone algo de normalidad a la situación, no se puede luchar contra los años, se ayuda pero no se puede volver a los treinta. Les explico el plan y el tratamiento. Me preguntan si es buena la crema de ****, les digo que sería perfecta. Nos despedimos con una sonrisa triste.
Su sobrina me dice que reconoció mi letra del informe ( dichosa letra) y que por eso sabía que era yo. Al día siguiente su tío sufrió un infarto fulminante y murió en el acto. Mis ojos se muestran incrédulos, le doy el pésame, ambas sabemos que no se podía haber evitado pero eso no evita el vacío, la sensación de fragilidad y el pensar en cómo fue su último día y en cómo podría haber sido.
Una vez más, game over.
jueves, septiembre 06, 2007
Observadora.
Son unas seis horas al día, seis horas con sus sesenta minutos que a su vez se dividen en sesenta segundos...Seis horas en las que tengo que observar...Permanecer inmóvil como un libro más junto a la estantería...Abro bien los ojos aunque evito que alguien se de cuenta...Mientras estoy en mi rincón, alguien abre su vida, su corazón...Alguien comienza a hablar del miedo, de las voces, del amor, de los otros, de sí mismo, de la muerte, del futuro, de la vida....Una cara,una historia....Y yo les miro...miro su ventana abierta con la imparcialidad de un observador ajeno...Pasan las horas sin decir palabra...Y hay un momento, un mismo momento en todos ellos...el momento en que comienzan a repetir lo mismo....la misma idea, el mismo dolor, la misma preocupación....y no paran de girar....giran y giran sin ser capaces de salir o avanzar de ese lugar....No me gusta ese momento, no me gusta mi fría imparcialidad.....Quisiera decirles que no pueden cambiar sus circunstancias o sus elecciones en el pasado pero pueden cambiar su actitud hacia el futuro....eso está en sus manos....Pocos parecen saberlo...y por eso....por eso elevo una breve oración para que algún día lo descubran y para que yo no lo olvide...
martes, septiembre 04, 2007
Surrealismo.
Lugar: Sala de espera de las consultas externas de Salud Mental. Hora: 9.20 am. Protagonistas:Dos pacientes.
- Pues la verdad citarte a las 9.20 para que la psiquiatra no venga.
- La psiquiatría en España está fatal.
- Pues sí, no hay derecho tener que estar aquí esperando....Además toda esta gente esta nerviosa...vamos que si estamos de los nervios, no creo que esperar nos haga ningún bien...nos pondrá más nerviosos y eso es malísimo....Menuda vergüenza.
- Sí, fíjate que además hay bastante gente esperando.
Lugar: Consultas de urgencias. Hora: 17.43. Protagonistas: adolescente de 14 años, su madre y un médico.
- Llegados a este punto, le informo que vamos a solicitar estudio toxicológico a su hija para explicar los síntomas que tiene.
- Me deja de una piedra,vamos que yo pongo la mano en el fuego a que mi hija no se ha tomado nada.
Una hora más tarde.
- El análisis ha sido positivo. Su hija me ha comentado que sí que ha ingerido esa sustancia.
Lugar: Consultas de urgencias. Hora:19.00. Protagonistas: Médico y paciente de 91 años de edad.
- ¿Qué le ocurre?.
- Me duele la cabeza.
- ¿Desde cuando le duele?.
- Desde que me operaron de un tumor cerebral.
- ¿Hace cuánto tiempo de la operación?.
- 22 años.
- ¿ Y esta semana le ha dolido más de lo habitual o ha notado algo extraño?.
- No, me duele como siempre.
Lugar: Consulta de urgencias. Hora: 00.20am.Protagonistas: médico y paciente menor de 25 años.
- ¿Qué le sucede?.
- Me duele la cabeza cuando pienso.
- ¿Perdón?.
- Sí al intentar pensar me duele la cabeza.
- ¿Y si no piensa, no le duele la cabeza?.
- No.
- Ahh.
...Las guardias dan para mucho...Si uno lo piensa, esta madre debería tener a estas horas su mano abrasada en el fuego, los nervios deberían habernos vuelto a todos locos especialmente si estás en un atasco y pensar nos habría dejados unas cefaleas mortales....Así que todo este espectáculo el mismo día sin pagar entrada y con cappuchinos de máquina para no perder detalle...En fin....las guardias dan para mucho....
- Pues la verdad citarte a las 9.20 para que la psiquiatra no venga.
- La psiquiatría en España está fatal.
- Pues sí, no hay derecho tener que estar aquí esperando....Además toda esta gente esta nerviosa...vamos que si estamos de los nervios, no creo que esperar nos haga ningún bien...nos pondrá más nerviosos y eso es malísimo....Menuda vergüenza.
- Sí, fíjate que además hay bastante gente esperando.
Lugar: Consultas de urgencias. Hora: 17.43. Protagonistas: adolescente de 14 años, su madre y un médico.
- Llegados a este punto, le informo que vamos a solicitar estudio toxicológico a su hija para explicar los síntomas que tiene.
- Me deja de una piedra,vamos que yo pongo la mano en el fuego a que mi hija no se ha tomado nada.
Una hora más tarde.
- El análisis ha sido positivo. Su hija me ha comentado que sí que ha ingerido esa sustancia.
Lugar: Consultas de urgencias. Hora:19.00. Protagonistas: Médico y paciente de 91 años de edad.
- ¿Qué le ocurre?.
- Me duele la cabeza.
- ¿Desde cuando le duele?.
- Desde que me operaron de un tumor cerebral.
- ¿Hace cuánto tiempo de la operación?.
- 22 años.
- ¿ Y esta semana le ha dolido más de lo habitual o ha notado algo extraño?.
- No, me duele como siempre.
Lugar: Consulta de urgencias. Hora: 00.20am.Protagonistas: médico y paciente menor de 25 años.
- ¿Qué le sucede?.
- Me duele la cabeza cuando pienso.
- ¿Perdón?.
- Sí al intentar pensar me duele la cabeza.
- ¿Y si no piensa, no le duele la cabeza?.
- No.
- Ahh.
...Las guardias dan para mucho...Si uno lo piensa, esta madre debería tener a estas horas su mano abrasada en el fuego, los nervios deberían habernos vuelto a todos locos especialmente si estás en un atasco y pensar nos habría dejados unas cefaleas mortales....Así que todo este espectáculo el mismo día sin pagar entrada y con cappuchinos de máquina para no perder detalle...En fin....las guardias dan para mucho....
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